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11/10/2012 Irene Villa, periodista y psicóloga, era una niña cuando un atentado terrorista le dejó sin ambas piernas. En el discurso de Irene Villa afloran la pena y la tristeza por todo lo que ha tenido que superar desde que aquél 17 de octubre de 1991, pero también surge la felicidad y la admiración por cómo ha ido superando cada una de las adversidades con las que se ha ido encontrando.

¿Cuál es la forma de afrontar las adversidades?
Hay que mirar al frente con valor y no rendirse nunca. Es preciso sonreír ante la adversidad, con una actitud positiva, y tratar de superar el dolor emocional y físico. De hecho, con voluntad y constancia no hay nada que el ser humano se proponga y no consiga. En mi caso, me dediqué a estudiar. Aprobé las carreras de Comunicación Audiovisual, Humanidades y Psicología, y trabajo como periodista en La Razón, la COPE y 13TV. Además, doy charlas en colegios, universidades y me considero una persona transmisora de valores, que para mí es lo más importante.

Quiero ayudar a la gente a ser feliz, y transmitir cosas positivas. El mundo es como uno quiere que sea: si desea ver violencia, sufrimiento, terrorismo, preocupación, ansiedad... la vida no merecerá la pena vivirla; pero si quiere ver lucha, gente que sale adelante, amor, cariño y tantas cosas buenas de nuestro alrededor, la vida será maravillosa. Por muchas ayudas que tengas, si tú no te aceptas a ti mismo, es imposible salir adelante.

¿La sociedad actual sufre una crisis no sólo económica, sino también de valores?
Sí, da mucha pena, pero es así. Desde pequeños se nos educa para el éxito, el poder, la fama... Y yo digo: “¿qué tiene de bueno ser famoso?” Sin embargo, ésos son los valores que priman. Me da lástima, porque eso está creando una sociedad débil y sin valores. No creo que sea positivo para nadie. De hecho, somos de los primeros países que consumen más ansiolíticos, cocaína, etc. Por algo será. Tenemos muchas cosas maravillosas para ser felices; y sin embargo, los valores importantes no se potencian. Por eso es fundamental poner en alza el humanismo y la humanidad. Hay muchas personas que se van al tercer mundo a trabajar en una ONG y, sin nada, son mucho más felices. Al final, como se suele decir, las posesiones te poseerán. El materialismo nos hace infelices.

¿Y estos valores son también aplicables al mundo de la empresa?
Por supuesto. Es importante poner siempre una sonrisa al ir a trabajar, al emprender, con tus compañeros. Resulta fundamental no pisarte, sino ayudarte, aunar fuerzas, el trabajo en equipo, el buen ambiente. Ésa es la clave para que cualquier empresa salga adelante.

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