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El empleado quemado: frenético, sin desafíos o desgastado

Un estudio analiza los tres perfiles más habituales en los empleados con síndrome burnout

 
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18/07/2011 No es extraño oir hablar del síntoma burnout; es decir, del trabajador quemado. Según Jesús Montero-Marín, autor de un estudio sobre este concepto, "la prevalencia del transtorno va en aumento en España y representa un grave problema para la sociedad, por las pérdidas económicas que causa y por las consecuencias en la salud". El estudio ha sido publicaco por BMC Psychiatry, analiza los perfiles más habituales de este síndrome.

Los expertos clasifican el síndrome burnout en tres: frenético, sin desafíos y desgastado.

Perfil frenético
Para Montero-Marín se asocia al número de horas de trabajo. Una persona que dedique más de 40 horas por semana a su tarea laboral tiene una probabilidad casi seis veces mayor de desarrollar el síndrome, comparado con otra con un horario inferior a 35 horas. También tienen más posibilidades, los empleados con contrato temporal.

Perfil sin desafíos
Más frecuente en los trabajadores dedicado a tareas monótonas que tienen dificultad para desarrollarse personalmente. Suele darse más en los hombres.

Perfil desgastado
Este tipo aparece en los empleados que llevan muchos años en la misma compañía y acaban descuidando sus tareas. Un trabajador con más de 16 años de servicio en un mismo lugar de trabajo presenta un riesgo cinco veces superior a desarrollar este tipo de perfil, comparado con otro que lleve menos de cuatro años de servicio.





Deja tu comentario

  • Camilo Bueno 19/07/2011 a las 17:22

    Dónde puedo conseguir este test??

  • Lourdes Tebé 18/07/2011 a las 12:25

    Aporto, desde la humildad, un cuarto aspecto como posibilidad. Alejarnos de lo que nos apasiona y exceso de burocratización: muchas veces, sobretodo en las profesiones más vocacionales, que acostumbran a ser aquellas que implican servicio a los demás, cuando, por ejemplo, se promociona a alguien, se le aleja del trato directo de sus 'clientes' y se le encomiendan más labores de gestión (estudios, estadísticas, análisis...). Al no poder ejercer aquello que te motiva, acabas quemado. Otro ejemplo se daría cuando primamos la productividad por encima de la calidad o se nos impide hacer lo que nos gusta de la manera que consideramos correcta... Gracias por la reflexión. Lourdes

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