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28/07/2014 Aunque es joven y tiene poca experiencia, Chelsea Clinton, la hija de Bill y Hillary, de 34 años, cobra 75.000 dólares por discurso, es decir, 55.000 euros, según The New York Times.

Así, la única hija del matrimonio se suma al exitoso negocio de sus padres, que en la última década se calcula que han ganado unos 75 millones de euros por dar conferencias.

El caché de la hija queda lejos del de sus padres, que cobran entre 150.000 y 500.000 euros por intervención. Pero a diferencia del expresidente y de la exsecretaria de Estado norteamericanos, que son contratados por grandes compañías para que les hagan de oráculos sobre la coyuntura actual, Chelsea se dirige a organizaciones que tienen que ver con los fines de la Fundación de su familia.

La Bill, Hillary & Chelsea Clinton Foundation se dedica a “fortalecer la capacidad de la gente de todo el mundo para afrontar los retos de la interdependencia global”. Los ingresos obtenidos por Chelsea son destinados a esa entidad sin ánimo de lucro, algo que no ocurre con todos los beneficios obtenidos por sus padres en su actividad de conferenciantes.

Dificultades económicas según Hillary
Visto lo visto, no hay duda de que el apellido Clinton es una máquina de hacer dinero. Precisamente por esto suscitaron polémica las manifestaciones de Hillary sobre sus dificultades económicas.

En una entrevista para promocionar su nuevo libro, Hard Choices, la exsenadora por Nueva York dijo que el matrimonio salió “arruinado” de la Casa Blanca. “Salimos de la Casa Blanca no solo en bancarrota total, sino endeudados… No teníamos dinero cuando llegamos allí, y tuvimos que luchar para reunir recursos para hipotecas, para casas, para la educación de Chelsea. No fue fácil”, declaró la matriarca.

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