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18/12/2014 A todos los líderes les gusta pensar que sus equipos forman parte de la élite. Pero liderar un equipo de élite no es tarea fácil y requiere un desarrollo profesional constante y adecuado en todos los niveles dentro del equipo.

Como exagente de la marina, Brent Gleeson ha tenido la oportunidad de ver cómo los líderes verdaderamente de élite toman las riendas en las más caóticas situaciones y se comunican eficazmente con el equipo pese a ser necesaria una rápida reacción. "Me he esforzado en replicar este comportamiento a lo largo del tiempo para dirigir mi propia compañía, pero soy consciente de que mi formación como líder nunca es completa", reconoce Gleeson.

"Hay organizaciones, grandes y pequeñas, cuyos directivos no son líderes en absoluto, son meras autoridades", afirma Gleeson. "Puesto que tienen la autoridad, la gente hace lo que ellos dicen, pero el equipo no siente la necesidad natural de seguirles en cualquier proyecto", prosigue.

De ahí que este experto en emprendimiento y liderazgo haya elegido cinco actitudes que deben prevalecer cuando un profesional se encuentra a cargo de un equipo de élite. Allá van:

1. Crear una cultura de liderazgo
Dicha cultura debe originarse en la parte superior del escalafón y los directivos deben predicar con el ejemplo, haciendo llegar esta cultura a toda la compañía. "Tenemos que identificar a los líderes emergentes influyentes y colocarlos en los puestos correctos a la vez que les dotamos de aquellos recursos adecuados para que tengan éxito", explica Gleeson.

2. Hacer que el equipo se sienta seguro
Un gran general dijo una vez: "No se puede manejar a la gente en combate. Tienes que tirar de ellos. Es difícil pensar en sentirse seguro en una situación de combate, pero cuando el equipo confía en sí mismo y en que su líder va a tomar las decisiones adecuadas en todo momento, se crea una abrumadora sensación de seguridad y de unidad. "Debemos hacer lo mismo dentro de nuestras empresas: el equipo debe sentirse seguro y apoyado con el fin de mantener la concentración en la misión y tareas que tiene por delante", subraya Gleeson.

3. Gestionar a través del caos>/b>
En combate, el caos es prácticamente la norma. En los negocios, podríamos referirnos a esto como 'cambio adaptativo'. Todos los negocios en crecimiento pasan por ella y es inevitable; de lo contrario se estanca, se queda obsoleto y falla. "Un negocio crecerá a través sistemas y procesos específicos durante un tiempo, pero luego deberá adoptar sistemas más maduros que los situarán en el siguiente nivel, pero este tipo de transformación puede ser aterrador para el equipo", afirma Gleeson. "Corresponde a la dirección el hecho de comunicar lo que implica este cambio, por qué es importante, qué beneficios reportará y cuál es su papel en la gestión del cambio", resuelve.

4.Ser un líder atento con el equipo
Gleeson explica que hace poco terminó de leer la novela "La Campaña de Afganistán", de Steven Pressfield, acerca del avance de las tropas de Alejandro Magno en Afganistán en el año 330 a.C. "A pesar de la ambición y arrogancia de Magno, se mostró como un líder siervo, atento a las necesidades de sus tropas y no concediéndose nunca comodidades que no podía asegurar a sus hombres", recuerda Gleeson, quien añade que "no puedes pedirle a tu equipo algo que tú no estés dispuesto a hacer".

5. Disfrutar el último del festín
En el servicio militar es tradición que los oficiales y líderes coman después de que todos sus hombres y mujeres hayan comido. "Ésta es un simple acto de liderazgo, pero muy impactante y que el equipo detecta enseguida", explica Gleeson. Y es que, según este experto, "cuando los líderes se sacrifican por sus equipos, el equipo se muestra dispuesto a sacrificarse por su líder y a hacer todo lo posible para ejecutar la visión de la organización".