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5 tipos de procrastinador

Qué es la procrastinación, qué tipos hay y cómo solucionarlo

 
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26/05/2016 La procrastinación puede ser un grave problema para la salud psicológica de las personas, por lo que saber identificar los motivos por los que se está posponiendo el trabajo puede ayudar, no sólo a mejorar la productividad en la empresa, si no que también a la salud personal.

La Real Academia Española define la procrastinanción como “una tendencia y el resultado de procrastinar, es decir, de demorar, retardar o retrasar algo”.

La  procrastinación, por lo tanto, consiste en “aplazar el cumplimiento de una obligación o el desarrollo de una acción”. Cuando dicha actitud se vuelve habitual, la procastinación se convierte en un trastorno del comportamiento y es, en ese momento, cuando la persona se convierte en un procrastinador. De hecho, Fast Company describe los cinco tipos más comunes que existen:

  1. El perfeccionista. Este tipo de procrastinador trata de evitar los errores por miedo a ser avergonzado o juzgado, explica el psicólogo Neil Fiore, fundador de Fiore Productivity y autor de “Awaken Your Strongest Self. Estas personas son tan exhaustivas en cada fase de un proyecto que acaban por consumir el tiempo de trabajo del que disponen. Eso supone lo terminen acabando en el último minuto, a toda prisa, aumentando la probabilidad de cometer errores.
  2. El impostor. Según Fiore, estas personas tienen miedo de ser calificados de incompetentes y acaban por acaparar todo el trabajo, al fin de reafirmar su posición. A menudo, este tipo comportamiento surge al rodearse de un entorno compuesto por personas que son difíciles de complacer, generando lo que se llama “la indefensión aprendida”, muy vinculada a la depresión.
  3. El miedoso. Cuando el trabajo es aburrido o desagradable, es posible posponer las cosas sólo para evitar tener que realizarlas, explica Nicole Bandes, experta en productividad. Una tendencia que está relacionada con la desmotivación.
  4. El abrumado. A veces, el hecho de tener muchas cosas que hacer al mismo tiempo dificulta la tarea de saber por dónde empezar, desembocando finalmente en un bloqueo que le impide iniciar el trabajo. Tal y como explica Fiore, tanto si ha sido por elección propio como por una orden de la dirección, la realidad de esta acumulación por exceso de trabajo es que es el propio exceso lo que nos impide avanzar en el proceso.
  5. El afortunado. Algunas personas creen que hacen su mejor trabajo si es bajo presión, por lo que suelen posponer las cosas hasta que se encuentran entre la espada y la pared. Esta tendencia, según Bandes, cobra fuerza si, al final de ese proceso, el resultado ha sido bueno y, por tanto, ha logrado ser valorado por los jefes.

Estos comportamientos, además de generar un estrés laboral innecesario, pueden llegar a dañar a la persona mentalmente. De hecho, según el psicólogo Neil Fiore, la principal motivación de estas actitudes se encuentra en evitar algo que resulta doloroso y que puede ser perjudicial. “Las personas que son los indecisos crónicos pueden encontrar que sus vidas están desequilibradas porque están evitando hacer las cosas que son necesarias”, apunta Fiore

Lo primero que hay que hacer para modificar estos comportamientos, según Bandes, es detectar el problema subyacente. Después, los enfoques de la gestión y la superación de la dilación son similares para cada tipo.

  • El estudio. Asegúrese de que el trabajo que va a hacer es realmente el que tiene que hacer. Tanto si esta abrumado por la cantidad de trabajo como si lo odia, debe plantearse si es posible simplicarla o delegar en alguien. A menudo, “mediante la eliminación de algunos de los componentes innecesarios, el camino hacia adelante se hace más claro”, asegura Bandes.
  • La organización de tareas. Cuando ya ha discriminado entre las tareas de trabajo, llega el momento de organizar las prioridades. Según Bandes, “cuando se sabe exactamente lo que tiene que hacer, se elimina la incertidumbre que puede fomentar la dilación”
  • El compromiso. Fiore habla de la importancia de comprometerse verdaderamente con lo que uno está haciendo y estar en contacto los motivos que te han llevado hacerlo.
  • Paso a paso. Abarcar los trabajos como entidades pequeñas e independientes para forzarse a salir de ese estado de dilatación del tiempo.
  • Añadir una urgencia. Fiore y Bandes coinciden en que la adición de un elemento de urgencia al proyecto o tarea, como establecer una fecha límite imaginaria, puede ayudar a superar la dilación.  
  • José Antonio Dorador 26/05/2016 a las 13:32

    Posiblemente todo ello se resuma en inseguridad del individuo, por lo cual es un problema patológico.

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