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5 maneras de mantener la motivación cuando estás 'quemado'
¿Cómo minimizar el desgaste y aumentar la motivación laboral y personal?
09/09/2016 Todos somos susceptibles a la sensación de agotamiento, sobre todo, cuando estamos motivados a asumir más trabajo de lo que es físicamente posible o mentalmente. Pero, ¿qué significa estar quemado? Burnout es un tipo de agotamiento que nos afecta física y emocionalmente, que se manifiesta cuando experimentamos el estrés durante un largo período de tiempo. También podemos experimentar agotamiento cuando sentimos que nuestro trabajo no cumple con nuestras propias expectativas, y se comienza a desilusionarse por el estado de cosas.
Si alguna vez has sentido una sensación de agotamiento que va más allá de lo físico, y que te hace estar más irascible, puede que estés sintiendo los síntomas del Burnout o "estar quemado". Sin embargo, según un artículo de INC tiene solución y ha revelado cinco cosas que puedes hacer para minimizar el desgaste y aumentar la motivación, especialmente cuando la falta de ella te está afectando a nivel profesional.
- Cultivar una vida fuera del trabajo. Si solías tener un hobby que amabas, ahora es el momento de retomarlo. Encuentra una actividad - mental o física - para participar ampliar el ámbito social en el que te mueves. Ser capaz de sumergirse en una actividad que no esté relacionada con el trabajo diario, te ayudará a desconectar de los factores estresantes y a cultivar la satisfacción personal.
- Desconectar. La tecnología nos consume a diario y, a pesar de sus beneficios productivos, nos resta demasiado tiempo que podemos utilizar para centrarnos en nosotros mismos, nuestra familia y nuestros amigos. Por ello es aconsejable establecer rutinas de desconexión lejos del teléfono, ordenador, tablet etc.
- Reorganización. Uno de los mayores factores de agotamiento relacionadas con el trabajo es tener demasiado trabajo bajo condiciones de caos o desorden. Crear un calendario de tiempos, pautas y rutinas que nos permitan agilizar nuestro tiempo, no liberará de cargas asfixiantes que parecen no tener fin. De esta manera, se puede averiguar cuáles son las prioridades en las tareas y si se puede delegar algunas de ellas a otros equipos o personas.
- Tomar pequeños descansos regulares durante el horario laboral. Los estudios demuestran que somos más productivos cuando trabajamos en intervalos de una hora a una hora y media, con descansos de 15 minutos que permiten al cerebro oxigenarse y resolver todas esas cuestiones que pueden haberse atascado en el proceso.
- Autoevaluación. Fijarse en nuestras rutinas, en los procesos de desarrollo de los trabajos de la empresa y en nuestras actitudes dentro y fuera de la oficina nos permiten crear una alarma automática para detectar cuándo algo no está yendo como debería, provocando un aumento de nuestro estrés, una bajada de nuestra productividad y un ascenso de nuestra desmotivación.