Marta Sanchis,
Estudiante del Doble Máster de Acceso a la abogacía y Derecho de Empresa en la
Universidad de Navarra
08/11/2017 · Graduada en Derecho y ADE por la Universidad de Valencia, Marta ahora estudia un doble máster de Acceso a la Abogacía y Derecho de Empresa en la Universidad de Navarra. ¿Su sueño? Dedicarse al Derecho Penal Económico. Además, ha tenido la oportunidad de vivir una experiencia internacional en la Universidad de Nottingham, en la que formço parte de la Law Society. También es la actual presidenta del Management & Consulting Club de la UV, una asociación de estudiantes que tiene el objetivo de diferenciarse como base para lograr una exitosa carrera profesional y miembro activo de NOVA, una red de networking para jóvenes talentos. Marta además es una apasionada del ballet clásico y la danza española, de las cuales tiene estudios profesionales, siendo becada en 2016 por la Spanish Dance Society para actuar en Londres. Su pasión por la cultura británica y concretamente de su idioma, la llevó a viajar a China como intérprete de inglés.
Me considero una persona inquieta con vocación internacional, dispuesta a abrir mis horizontes y dar la bienvenida a todo lo que venga como consecuencia de ello. Con afán de superación como motor en todo en lo que me involucro, abierta a cualquier reto que la vida me presente ya sea dentro o fuera de mi comfort zone.
Además, entiendo el amor hacia la profesión como pilar fundamental de un trabajo bien hecho y la capacidad de siempre buscar superarse en ello.
Siempre he entendido el Derecho como la solución a una necesidad innata de los seres humanos a socializar. Somos muchos y vivimos en comunidad y es el Derecho quien vela por alcanzar un equilibrio en la misma bajo una moralidad. Cada acto en nuestras vidas está regido por leyes, incluso “ir a comprar el pan cada mañana” es una contraprestación y quiero ser quien cuide de que se cumplan desde la ética.
Además, entendí que para poder obtener una visión más global del mundo en el que vivimos, debía no solo estudiar cómo nos relacionamos entre nosotros, sino como además hacemos uso de los recursos para obtener bienes y satisfacer así necesidades. Ampliar mis conocimientos hacia la economía y combinar ambos me proporcionaría un perfil profesional y humano mucho más completo.
Bien es cierto que desde bien jóvenes todos soñamos con revolucionar el mundo, apuntamos tan alto que, a veces, perdemos el norte intentando divisar la cima, en lugar de apreciar todo lo que nos brinda cada paso. Por lo que realmente en lo que me gustaría que se tradujera mi trayectoria profesional es en dejar mi huella, pero sin pretensiones: hacer bien mi trabajo, cumplir con un objetivo y poder sentirme satisfecha y feliz con ello tras haber llevado como emblema la honestidad, la lealtad y la responsabilidad. Que la gente con la que comparta experiencias, me recuerde por ello, lo que confirmaría que habré dejado mi huella, pero en ellos.
Hoy en día, gracias a la revolución tecnológica que hemos venido percibiendo los millenials, redes sociales como LinkedIn nos permiten estar al día de cualquier novedad relativa a las empresas actuales. Sin embargo, desde la Universidad de Navarra, y concretamente desde el Servicio de Carreras Profesionales, se realiza una extraordinaria labor de concienciación hacia los alumnos para que estemos al día sobre los movimientos concernientes a las empresas y socios del momento.
Me imagino ejerciendo como abogada en un despacho con vocación internacional, habiendo realizado o estando a punto de realizar un programa de intercambio con otro bufete de reconocido prestigio, ya sea dentro de Europa o incluso fuera, en América.
La verdad que tenemos grandes empresas en nuestro país que sirven como referente a nivel mundial, por lo que me resulta muy difícil decantarme por tres; no obstante, he aquí mi clasificación:
Gracias a NOVA tengo la oportunidad de conocer eventualmente a muchas personas que ocupan puestos de responsabilidad en empresas de gran renombre mediante la asistencia a eventos como los NOVA MeetUp. Se posibilita, a través de un ambiente un poco más distendido y relajado conocer de primera mano las diferentes experiencias personales dentro de una misma empresa, lo que permite entender muchos rasgos humanos propios de la sociedad en cuestión, que a veces por la profesionalidad y formalidad del ambiente quedan en un segundo plano.
Asimismo, he tenido la oportunidad de participar en experiencias como la Summer Experience de Deloitte o el Deloitte Social Challenge, en las cuales, además de haber podido relacionarme en primera persona con los profesionales de línea, he conocido a compañeros de profesión fantásticos, que estoy segura, cuentan con todas las herramientas y cualidades, para llegar muy lejos.
Es cierto que las empresas actuales necesitan realizar un ejercicio de autoanálisis y reinventarse en cierto modo para llamar la atención de los hoy ya tan conocidos como millenials –en los cuales me incluyo-. Personalmente, para reclutar a los millenials, las compañías deben centrarse más en el target que desean captar, pensando como ellos piensan y empatizando hasta tal punto de sentir sus motivaciones y aspiraciones como propias.
Los jóvenes de hoy en día queremos trabajar en empresas atractivas y reconocidas en el sector, que ostenten una cierta reputación en el mercado; porque para nosotros, la marca del empleador es un motivo de atracción en sí misma.
De igual manera, considero esencial que la empresa se alinee con las aspiraciones de los jóvenes profesionales otorgando una mayor flexibilidad y conociendo cuales con las metas de cada empleado no solo a nivel profesional sino a nivel particular en la vida, ayudándole a mantener un equilibrio entre su vida laboral y personal.
Además sostengo que es fácil caer en la desmotivación y frustración cuando sospechas que tu aportación no está resultando ser de utilidad, por tanto, creo que es interesante que las empresas hagan más partícipes a sus empleados de las operaciones que están llevando a cabo, para que éstos aprecien que su labor en la firma es importante y se sientan identificados por la misión encomendada.
Al igual que los empleadores, los jóvenes de hoy en día también tenemos dificultades a la hora de atraer su atención. Muchos de nosotros somos recién graduados de nuestras carreras profesionales, y aunque tengamos una gran capacidad para aprender en lo que a la tecnología se refiere, para adaptarnos a ambientes muy dinámicos, carecemos de experiencia profesional.
Por tanto, sufrimos una especie de “titulitis”, sabiendo mucha teoría pero presentando dificultades para ponerla en práctica. Es decir, partimos de la base de que existe una gran competitividad en determinados sectores, para los cuales se cuenta con gente muy formada.
Por ello, los recién titulados, al buscar el que será nuestro primer empleo, debemos ser capaces de demostrar otra serie de capacidades –ya que normalmente no contamos con experiencia previa- conocidas como las soft skills, las cuales nos harán destacar frente a otros candidatos y que suelen consistir en la habilidad de comunicarnos eficazmente en público, la capacidad para trabajar bajo presión o la facultad de delegar.
Nuestro objetivo, así pues, debe ser alcanzar el equilibrio adecuado entre las habilidades técnicas (hard skills) y las habilidades interpersonales; ya que nuestras hard skills nos ayudarán a conseguir un puesto de trabajo, pero nuestras soft skills nos ayudarán a conservarlo.
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