Montserrat Luquero,
Consejera Delegada y Directora General
Hudson España
11/09/2015 · Montserrat Luquero es, desde hace más de quince años, responsable de Hudson en España, una compañía global de soluciones de talento especializada en búsqueda y selección, gestión del talento y RPO (Recruitment Process Outsourcing). Anteriormente su experiencia se desarrolló en puestos directivos del área del Marketing y Ventas, en empresas de prestigio del sector consumo y servicios. Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Montserrat nos da su amplia visión acerca del mundo de la selección de talento a través de su dilatada experencia como Consejera Delegada y Directora General de Hudson España.
Nuestra firma está especializada en la captación y desarrollo de mandos intermedios, altos directivos, así como perfiles técnicos. Nuestro objetivo está en función de las metas de las compañías que nos piden que les ayudemos a incorporar talento, es decir, nuestros clientes.
Los perfiles que demandan las empresas dependen de su estrategia de negocio, y nuestra misión es ayudarles a conseguir incorporar los profesionales adecuados para la consecución de sus objetivos. Trabajamos en equipo con nuestros clientes, entendiendo su negocio, y podemos ayudarles asesorándoles en cuanto a los perfiles más adecuados para desarrollar su estrategia.
Aunque indudablemente el número de búsquedas que hacemos de mandos intermedios es superior al de directivos, esto está acorde al mercado, ya que el colectivo de mandos intermedios es muy superior en número al de directivos. En Hudson contamos con consultores especializados en diferentes funciones y sectores, la mayoría con experiencia profesional en línea.
Desde nuestro punto de vista, no existen grandes diferencias entre el perfil de talento nacional o internacional. En la actualidad se buscan profesionales con capacidad de trabajo en equipo, proactividad, habilidad para manejarse en entornos cambiantes y movilidad geográfica.
Sea cual sea el sector en el que trabajemos –Banca y Servicios financieros, Tecnología, Recursos Humanos, Marketing y Comunicación, etc-, buscamos valores personales como la honestidad, integridad, responsabilidad, autonomía y respeto.
Todas estas actividades se valoran en función del tipo de posición que vaya a desarrollar el individuo y especialmente para valorar determinadas competencias.
Por ejemplo, una persona deportista, según el deporte que practique, puede tener muy desarrollada la capacidad de sufrimiento y resistencia, el trabajo en equipo -si es un deporte de equipo-, la tenacidad, constancia, ambición… Por supuesto, dependiendo de la actividad que estemos hablando, las competencias son diferentes.
En estos momentos, en un porcentaje muy alto de posiciones la experiencia internacional está muy valorada, y cada vez más. En algunos casos se busca experiencia profesional en países emergentes y, en otros, en países desarrollados. Y en este sentido, el conocimiento de idiomas es vital.
El talento requerido se diferencia según la especialización. Nosotros trabajamos en varios sectores de especialización. Hudson tiene una amplia penetración en áreas como la salud, consumo, tecnología, automóvil y banca. Indudablemente cada uno de ellos requiere a veces personas especializadas en ese sector, con determinados conocimientos, dependiendo de la posición. Si hablamos de competencias, éstas están más ligadas a la función y al nivel del puesto, y no es tan importante el sector.
Asumiendo que ambos candidatos encajen bien en la cultura de la compañía, y que tengan competencias similares, lo que nos haría decantar la balanza hacia uno u otro sería el grado de motivación para ocupar la posición.
A un estudiante le diría que se analice a sí mismo, que piense en cuáles son sus puntos fuertes y débiles, y lo que verdaderamente le divierte y le motiva, para que investigue dónde puede haber oportunidades en el mercado que encajen en sus ilusiones e intereses.
Es fundamental que vaya adquiriendo experiencia en el área donde desarrolla su función y que esté permanentemente formándose. La formación debería ser en dos direcciones: técnica y competencial. Llegará un momento en su desarrollo profesional en el que primará su liderazgo para la gestión, por encima de los conocimientos técnicos.