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in talent communication
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17/03/2016 · La cultura de trabajo está en constante evolución para satisfacer las necesidades de las nuevas generaciones de trabajadores, así como las nuevas exigencias económicas de cada etapa. En la era de la rapidez, la competitividad y la movilidad, los líderes necesitan más que nunca involucrar a sus equipos en la ejecución y toma de decisiones.
Guy Parsons y Allan Milham, autores del libro Out of the Question: How Curious Leaders Win, argumentan que los líderes tienen que adaptar su estilo de liderazgo para estar al día de estas demandas cambiantes.
La imagen del responsable sentado detrás del escritorio delegando tareas sin salir de su despacho ha dado paso a un líder sin miedo a mostrar vulnerabilidad y a acercarse a sus colaboradores y a sus áreas de trabajo. A este respecto, Fast Company desvela las cuatro características de los grandes líderes de hoy:
Los buenos líderes no muestran sus credenciales y larga lista de reconocimientos en sus paredes con el fin de presumir o intimidar a su personal. Según Parsons, los grandes líderes de hoy no se preocupan por los reconocimientos sino de las grandes ideas. Dejan su ego en la puerta y no tienen miedo de reconocer que no son ellos quienes generan todas las grandes ideas.
Los líderes del pasado solían ser muy jerárquicos y poco flexibles, mandando a sus empleados los pasos exactos a seguir para después extenderles la paga al final de mes. En cambio, apunta Milham, "el líder de hoy tiene que mostrar una voluntad de compartir el acceso a la información que en el pasado se les negaba a los empleados".
Los grandes líderes aceptan las ideas de cualquier persona, independientemente de su rango. Las personas que piensan "nunca se sabe donde vendrá la gran idea" son más propensos a tener un personal motivado e inspirado.
Mientras que en el pasado las palabras debilidad o vulnerabilidad eran consideradas tabú, hoy son mejor percibidas. Los líderes de hoy tienen la capacidad de decir: "No sé cómo hacerlo".
La clave de todo es, según Milham, que "la gente quiere ver humanidad en el liderazgo". La vulnerabilidad ya no es vista como un rasgo negativo.
"Hace una generación hubiéramos sido juzgados como líderes ineficaces si decíamos que no sabíamos", revela Milham. Hoy, sin embargo , las personas apoyan a un líder que tiene la humildad de admitir que no tiene las respuestas para todo y se inspira en otros para encontrarlas.
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