05/04/2016 · Muchos empresarios y directivos optan por hacer reuniones de trabajo a la hora de la comida o en la cena. Y es que son especialmente convenientes cuando se trata de conversar sobre temas específicos o cuando el objetivo es ganarse la confianza de un cliente potencial. Asimismo, permiten llevar a cabo una reunión sin ocupar otros momentos productivos en la agenda.
SSin embargo, este tipo de eventos implica tener en cuenta distintos dilemas: es una cita seria, y al tiempo muy humana y más desenfadada que una reunión en la sede corporativa; formal e informal; puede ser incómoda, o bien completamente confortable. Eso sí, una comida de negocios no sólo es cuestión de negocios.
A continuación, Up SPAIN, empresa dedicada a la emisión de cheques y tarjetas de servicio, detalla los pasos imprescindibles que debes seguir para hacer productivas estas citas:
Puede que no conozcas a la persona con la que concertaste la cita pero necesitas algo de ella: formar una alianza, llegar a un acuerdo o firmar un contrato. En este caso hipotético, tú convocaste la reunión y eres quien presentará la oferta o realizará alguna propuesta.
Recuerda que no siempre debe haber un plato de por medio, ya que muchas veces la comida es un elemento más cercano a la idea de compartir que de hacer negocios.
Dependiendo del objetivo que tengas, aprende a valorar cuál es el momento adecuado para extender una invitación a alguien. Si tu invitado sugiere que la reunión mejor se realice en su oficina o en un café, la recomendación es que aceptes estas opciones.
Si consigues que en la primera o en la segunda cita tu contraparte acepte ir a comer, entonces probablemente ya te ganaste su confianza o esté interesada en hacer negocios contigo. Cuidado: puede ser que a la hora del postre todo se frustre, pero al menos en principio estáis en la misma sintonía.
Tiene que ser un lugar que esté en una ubicación conveniente para la otra persona o, por lo menos, en un punto intermedio. El mensaje es claro: tu invitado debe sentir que eres atento y te preocupas por su comodidad.
Es importante que conozcas el restaurante, así sabrás qué tipo de atención ofrece. Por razones obvias, lo ideal es que sea un establecimiento que destaque por su excelente servicio, equivalente a tu propio negocio, lo que significa que tenga una mesa disponible y atención inmediata.
Otra recomendación es llegar siete minutos antes de la cita. ¿Por qué? Si llegas diez minutos antes tal vez la mesa todavía no esté lista, mientras que sólo con cinco minutos de anticipación corres el riesgo de que tu invitado llegue antes que tú. Calcula bien tus tiempos.
La ventaja de llegar temprano es que tienes la posibilidad de sentirte más seguro, inspeccionar el lugar, pedir una buena mesa y estar preparado para cualquier imprevisto. Ahora sí: cuando llegue el momento de recibir a la otra persona, dirígela sutilmente al asiento a tu lado. O bien, puedes acercarle la silla como un gesto de cortesía. Cuidado: tampoco seas demasiado evidente y señales el asiento o le des palmadas.
Una vez superados los primeros dos tiempos, la comida será la parte fácil. Comer, charlar… Sin embargo, cuando se trata de hablar de negocios, la cosa se complica debido a que relacionamos la hora de la comida como un momento para socializar, no para hablar de formalidades.
Una buena táctica es preparar tu presentación o propuesta para que sea breve y luego puedas pasar a otros temas más coloquiales.
Por lo tanto, el consejo es relajarse y tener una charla interesante. Pero si cuando terminaste la conversación de cinco minutos acerca de negocios, el otro quiere seguir hablando del tema, no te preocupes, déjalo continuar. Lo fundamental de las comidas de negocio es que nos obligan a llevar a cabo algo que no solemos hacer lo suficiente en la vida profesional: ser nosotros mismos. Además de relajarnos y, por supuesto, comer.
Aprovecha estas citas para ganarte la confianza del otro y lograr metas en común. Es un momento para desarrollar la relación, más que para hablar sólo de negocios.
Finalmente, es importante que tengas en cuenta reglas de etiqueta básicas, como: