22/06/2016 · Hay un rasgo específico que, mal gestionado, puede perjudicar tu alegría y vitalidad, matar tu espíritu de colaboración, y en consecuencia, poner en peligro tu trabajo: el perfeccionismo.
El perfeccionismo puede perjudicar la productividad al aparecer en los patrones de pensamiento autodestructivos, que por otra parte son bastante fáciles de reconocer en uno mismo.
¿Alguna te has o te han etiquetado como una persona "perfeccionista"? Si es así, atento a estas señales que ponen en el disparadero a las personas demasiado perfeccionistas, según Inc.:
Son tan altos que a menudo no son realistas. Si no puedes ser el mejor, no te dés por vencido.
Si alguien hace algo mejor que tu, te sientes como si hubieras fallado, y por eso tiendes a ocultar tus errores a los demás. Sin duda, debes deslibrarte de la culpa y la vergüenza que sientes cada vez que te equivocas.
Esto te sucede especialmente cuando no alcanzas lo que tu consideras "perfeccción", un imposible que tienes en mente.
Porque si los tomas, no tienes la garantía de que vas a finalizar la tarea o resolver del todo un problema. Por eso tiendes a asignarte proyectos más seguros, los que tienes la certeza que se van a poder empezar y acabar.
No disfrutas del proceso de aprender y trabajar, probar cosas nuevas, o teniendo en cuenta las ideas de los demás, sólo te preocupas por el resultado.
Para ti, o algo es perfecto o es un fracaso.
Eso viene porque tienes cierta desconfianza ante las opiniones divergentes de los demás.
Cuando los demás no cumplen con tus expectativas te conviertes en una persona muy crítica. Como resultado, puede ser difícil mantener buenas relaciones con las personas de tu equipo o ganarte su confianza-
Como consideras que las otras personas no hacen las tareas "tan perfectas" como tu, te cuesta delegar en personas que en realidad puede ser tan competentes como tu.
Como te preocupa tanto hacer algo de forma imperfecta, te quedas bloqueado y no puede hacer nada en absoluto! Esto te conduce a experimentar sentimientos de fracaso y te quedas atrapado en un círculo vicioso.
Márcate varios objetivos a largo plazo -de uno a cinco años - y luego desgránalo en metas anuales, trimestrales, mensuales, e incluso semanales. Puede ser fantástico ir viendo cómo completas metas más pequeñas a lo largo del recorrido y no sentirte frustrado por no llegar aún a la cúspide.
Si te sientes ansioso, asustado o estresado por una decisión, pregúntate si no te habrás puesto el listón demasiado alto. Tus emociones pueden estar revelándote que te has marcado un objetivo poco realista, cosa que te puede conducir al auto-sabotaje.
Mira los errores como una parte de tu evolución, que puede proporcionarte experiencias de aprendizaje tremendas. Pero en primer lugar, es necesario tener el valor para examinarlos; aprende de cada error que cometas y así crecerás en el resultado final.
Como dijo Elbert Hubbard, "el mayor error que puedes cometer en la vida es estar continuamente temiendo que harás uno".
Identifica patrones de comportamiento ineficientes, y trata de reformularlos para que sean más útiles, flexibles e indulgentes con los errores.
Tén cuidado con utilizar el pensamiento en blanco y negro o verbalizar estos pensamientos que a menudo conducen a expectativas poco realistas. Pregúntate: "¿Estoy pensando en términos de extremos?"
Algunos ejemplos de este pensamiento son: "Mi equipo me necesita. Nunca puedo cometer errores", o "si no entregamos dentro de los tiempos marcados y en presupuesto, todo el proyecto fracasará."
Como líder es muy importante entender que el perfeccionismo puede private de la creatividad y de una vida productiva, además de ocasionart ediversos problemas de salud, como por ejemplo estrés, insomnio o angustia.
Ahi te hablan