¿Cómo está cambiando la inteligencia artificial a los RRHH?

Según ha publicado en un artículo Fast Company, el número de empresas que están usando máquinas para escanear muestras de trabajo, analizar los mensajes de los medios sociales y las expresiones faciales en nombre de sus directivos de recursos humanos está aumentando considerablemente.

Unas prácticas de RRHH que plantean preguntas acerca de la exactitud y privacidad de los procesos. Sin embargo, los defensores de estas herramientas ligadas a la inteligencia artificial argumentan que, su uso, supone un aprovechamiento de tiempo y recursos en materia de contratación, que podría conducir a una mayor diversidad, dinámicas y puestos de trabajo.

Aunque las técnicas tradicionales de evaluación sobre la personalidad están diseñadas con estructuras basadas en criterios de objetividad, en algún lugar a lo largo de ese camino “todavía se inyectan prejuicios personales", asegura Mark Newman, fundador y CEO de HireVue. Y es este argumento, el principal aval para la introducción de máquinas en estos procesos.

HireVue supone uno de los muchos ejemplos de negocios que ha incorporado un sistema informático que registra expresiones faciales y selecciona palabras para proporcionar a sus clientes (incluyendo Hilton Worldwide y GE) información sobre los niveles de compromiso, motivación y empatía de un candidato. 

Sin embargo, las tareas de reclutamiento de estos programas no sólo implican procesos de búsqueda de talento, también de eliminación de candidaturas. Fama, fundado en 2015, utiliza técnicas de procesamiento del lenguaje para realizar búsquedas automatizadas en la web de un candidato, la cobertura de noticias, la exploración en blogs etc. en busca de signos de intolerancia, violencia, contenido sexual y consumo de drogas, aunque también puede buscar indicadores de atributos positivos como el voluntariado.

La inteligencia artificial, incluso se puede utilizar para comprobar si hay habilidades específicas para determinados puestos de trabajo y, ahora, se está empezando a aplicar en la evaluación de habilidades blandas. Por ejemplo, mediante el uso de un análisis informatizado se identifican patrones de voz de personas empáticas.

No obstante, aunque la capacidad de un algoritmo llegue finalmente a entender algo como la empatía, las futuras prácticas de contratación combinarán el uso de máquinas en los procesos de evaluación, con la intervención final de seres humanos.