3 beneficios de motivar a través del juego

La hiperconectividad, pese a ser un valor buscado por los Millennials, la generación a la que muchos estudios señalan como la que será la principal fuerza laboral en 2025, está haciendo que los empleados tengan altos niveles de estrés.
Algunas de las causas que explican síndromes como el burnout (sensación de estar quemados con o en el trabajo) es la alta competitividad dentro de los equipos de trabajo en algunas industrias, la necesidad de estar constantemente conectado con el mundo y la empresa a través de las redes sociales o las dinámicas rutinarias que se producen dentro de los sistemas de trabajo de las compañías.

En este sentido, las culturas corporativas están cambiando hacia un acercamiento de los trabajadores con sus líderes (aspecto vinculado a la comunicación interna de las empresas) y hacia una alineación de los valores profesionales con los corporativos (especialmente en lo referido a acción social e impacto medioambiental o desarrollo profesional y del sector). Todo con el objetivo de que la empresa y sus empleados se conviertan en una unidad que camina hacia una misma dirección.

Sin embargo, según explican desde Up SPAIN, empresa especializada en beneficios sociales para empresas, la desmotivación puede ser un factor que haga que esta meta no se alcance y los beneficios sociales son la herramienta de las compañías para redirigir de nuevo al grupo hacia el camino correcto. Pero, ¿cómo?

La flexibilidad y la conciliación se han presentado como dos de los elementos mejor valorados por los profesionales, en general, y los Millennials, en particular. No obstante, existe otra fórmula que permite a los recursos humanos reorientar la motivación e interés de los trabajadores por la empresa: a través del juego.

La gamificación supone un término que proviene del marketing pero que los RRHH han hecho propio, a fin de aplicar esta dinámica en los procesos de reclutamiento y motivación del empleado. Esta técnica consiste en hacer ‘divertido’ aquello que puede parecer ‘tedioso’ y tiene muchos beneficios, aunque son tres los que destacan:

• Fidelización: despierta el compromiso particular hacia la empresa.
• Unidad para/con la compañía y el equipo humano que la conforma.
• Participación: involucra a los empleados en las acciones de la organización, unificando los objetivos de unos y otros.

Up SPAIN explica que esta dinámica, vinculada al juego, tienen que ver mucho con la satisfacción de los empleados. Por lo que en una cultura empresarial cada vez más interesada en invertir en beneficios sociales puede apoyarse en la gamificación como una forma de reforzar el mensaje de que se hace pensando en los empleados y no por mera imagen. Y es que ahí es donde radica uno de los principales problemas de algunas compañías, la aplicación general de acciones que repercuten en una mejora de la calidad de vida de los trabajadores que, sin embargo, son percibidas como una estrategia más.

¿Y cómo se aplica la gamificación a la oferta de esos beneficios? A través de una cultura basada en el reconocimiento del esfuerzo y el mérito profesional. Si sumamos la motivación que genera disfrutar de un premio y el interés que despierta la competición ‘sana’ entre compañeros y/o departamentos, estamos sumando un doble incentivo.

Para Up SPAIN la diversión no es una estrategia lineal sino un enfoque desde el que centrar las distintas acciones que emprende una empresa, bien sea para reconocer el trabajo de alguien como para desarrollar dinámicas comunicativas en grupo o como un elemento sobre el que se configura un espacio (por ejemplo, las salas de ocio de las oficinas).

Una compañía puede ofrecer beneficios ligados a la salud, los horarios y el transporte, pero debe también saber cómo enfocar la forma en la que se premia, determinar con qué objetivo y, sobre todo, que el proceso no sea visto como una obligación más que adquiere el trabajador, sino una dinámica pensada para su disfrute y reconocimiento. Una acción positiva que destacar de la empresa, cuando éste sea preguntado por otra persona.