21/04/2017 · En el mercado es ahora más competitivo que nunca, al punto de haber desatado una ‘guerra de talento’ que obliga a las empresas a perfilar sus estrategias de atracción, retención y, por tanto, fidelización de los empleados y mejores aspirantes a un puesto de trabajo, en todos los niveles de la organización, con el fin de asegurar el rendimiento de la compañía, su volumen de negocios y beneficios, así como su perdurabilidad o sostenibilidad en el tiempo.
¿Cómo se fideliza al empleado del siglo XX? Pues teniendo en cuenta el ascenso e interés de las empresas por el talento joven y por generaciones tan demandadas como los Millennials o los ‘Z’, hay que tener muy en cuenta, a la hora de desarrollar planes de acción y estrategias de atracción, sus motivaciones, deseos y aspiraciones. En este sentido, las iniciativas de carrera son fundamentales a la hora de cumplir con uno de los principales propósitos de éstos jóvenes: su desarrollo profesional.
Es por ello, que según un artículo publicado en HRM, las compañías deben tener un enfoque que ponga en el centro a los trabajadores y su experiencia, desarrollando sus habilidades, para lograr cumplir con la meta de la organización para la que trabajan. El grado de satisfacción que se logre a través de la misma será la que después determine el nivel de compromiso del empleado y la alineación de sus valores con la ética y objetivos de la compañía.
Asimismo, esa buena imagen que se crea con respecto a la opinión que tienen los empleados de la marca, revertirá en una transmisión de información positiva hacia futuros candidatos a un puesto, completando así uno de los pasos claves dentro de la estrategia de employer branding: convertir a los trabajadores en embajadores de marca y que sea su voz la que atraiga a los mejores profesionales a los equipos de trabajo.
Pero ¿qué es lo que define el éxito dentro de esa experiencia del empleado? Según el artículo ocho.