Cómo afectará la 4ª revolución industrial al liderazgo

El impacto de las revoluciones industriales se notó, principalmente, en la producción, pero también supuso cambios importantes de pensamiento, perspectiva y formas de entender y ver el mundo. Se trata de una transformación integral que modifica a sociedades enteras y que permite avanzar hacia nuevas formas de crear, vender y comprar.

En este sentido, la digitalización no sólo ha supuesto un cambio en la forma y ritmo en la que se producen los bienes y servicios, sino una transformación en la manera en que las personas se comunican, informan, piensan, comparten y trabajan.

Fruto de este giro en los acontecimientos sociales y empresariales, el Foro Económico Mundial bautizó a esta innovación de ‘movimiento’, dándole por título la “Cuarta Revolución Industrial”. Pero ¿qué otros cambios implican la introducción de esta tecnología en el mundo laboral?

Además de la creación de toda una generación que ha crecido y desarrollado sus habilidades al mismo tiempo que lo ha hecho la tecnología (los Millennials), o incluso gracias y a través de ella (como es el caso de la Generación Z), creando así una serie de nuevas necesidades clientelares y laborales y obligaciones en cuanto a tiempos de respuesta y producción, también se ha modificado la forma en la que se guía a esa nueva fuerza laboral. Es por ello que, desde Weforum han identificado los 4 principios de liderazgo que modificará la tecnología:

1. Pensar en sistemas y no en tecnologías aisladas. “Sólo observando el modo en que interactúan fuerzas tecnológicas, sociales y económicas divergentes podremos determinar y predecir los cambios posibles en las empresas, la sociedad y la economía”, apuntan en el artículo.
2. El progreso no está predeterminado. “Hay que educar y empoderar a comunidades e individuos para que dominen las tecnologías con fines productivos, en vez de ser dominados por ellas al servicio de fines ajenos. Si no controlamos las nuevas tecnologías en provecho propio, habremos entregado el poder de decisión personal y colectivo, y quedarán pocas razones para el optimismo”, señalan.
3. Diseñar tecnologías y sistemas nuevos con visión de futuro, “en vez de aceptar sin más los cambios según aparezcan”, explican. “La integración de las tecnologías transformadoras en los sistemas sociales y económicos demandará una estrecha colaboración entre las partes interesadas, en el gobierno, la industria y la sociedad civil. De lo contrario, nuestro futuro se definirá por el devenir de las circunstancias en vez de nuestro juicio colectivo”.
4. Las consideraciones sociales y éticas no son una molestia que sea preciso superar o anular. “Nuestros valores compartidos deben ser el elemento central de todas las tecnologías nuevas. Si estas se usan en modos que agravan la pobreza, la discriminación o el deterioro medioambiental, entonces no están a la altura del futuro que queremos construir. Invertir en tecnologías nuevas sólo se justifica si contribuyen a un mundo más seguro e integrado”, concluyen.