Cómo convertir la presión laboral en una oportunidad para mejorar

La hiperconectividad de la era digital, la alta competitividad del mercado actual y las elevadas exigencias del mismo han creado un escenario complicado para aquellos que tienen que lidiar con las tensiones propias del trabajo. Se trata de un proceso de equilibrio que, tal y como muestran las estadísticas, no siempre se logra mantener: 1 de cada 4 bajas en una empresa se produce a causa de estrés.

La acumulación de tareas y la exposición continuada a elevadas cargas de trabajo añaden más presión, y si se trata de profesionales con elevadas posiciones o equipos a su cargo, dicha presión aumenta dado que interviene un nuevo elemento a la ecuación: la toma de decisiones y el consecuente miedo al fracaso.

Sin embargo, un artículo publicado en Retina –medio perteneciente al diario El País- ha dado algunas de las claves que permite combatir dichos obstáculos y mejorar la productividad.

“Es clave entender que el estrés no depende objetivamente de las cosas que suceden en la vida o de personas externas, sino de cómo se reacciona ante estas circunstancias”, señala M. Victoria S. Nadal, autora del artículo.

En este sentido, hay que evitar ‘tirar balones fuera’ y buscar responsables fuera del terreno personal: el trabajo, los jefes, los plazos de entrega… Por tanto, es vital plantearse los obstáculos en el trabajo como una oportunidad o un reto que superar, en lugar de una amenaza o carga. De esta manera, la presión se convertirá en un elemento motivador, que mejorará la capacidad de concentración.

Finalmente, hay que evitar la rumiación, es decir, la tendencia a pensar en eventos pasados o futuros ligados a emociones negativas. Siempre es positivo marcarse nuecas metas en base a las enseñanzas que una vez se obtuvieron, pero “lo ideal –dicta el artículo- es hacerlo desde un punto de vista analítico, en un proceso corto y positivo”.