3 consejos a tener en cuenta antes de cambiar de trabajo

Casi todos los indicadores que apuntan la necesidad de un cambio profesional están relacionados con «la falta de motivación, tanto interna como externa», señala la executive coach y profesora de Economía y Empresa de la Univesitat Oberta de Catalunya (UOC), Elena Trilla.

Según la experta, entre los síntomas internos está la dificultad para levantarse cada mañana, la sensación de estancamiento en el desarrollo profesional o un estado de ánimo más negativo e irritable, incluso con los amigos. «Además –añade- se sufre el síndrome de Estocolmo, debido a la que la persona, aunque se encuentra mal en el trabajo, es incapaz de abandonar los compañeros o buscar otro trabajo porque piensa que ‘traiciona la empresa’».

Trilla afirma que el desequilibrio entre lo que el trabajo aporta y saca a la larga también puede afectar emocionalmente al trabajador, aunque también explica que existen otros factores que ya dependen de la empresa como una remuneración escasa o unas condiciones de trabajo malas.

Asimismo, la planificación empresarial inadecuada también puede afectar, porque cuando no hay una estrategia definida el trabajador no sabe qué tiene que hacer o como lo puede hacer. «Incluso, el conflicto de valores entre la empresa y el empleado, como por ejemplo la calidad, el respeto y el buen ambiente, puede ser motivo de una reorientación profesional», revela la profesora.

Consejos para la reorientación

Para Trilla es importante que las personas analicen «qué es importante para ellas de un empleo» y aconseja hacerse preguntas tales como «¿qué busco de un trabajo?», «¿qué es lo que me motiva?» o «¿como me veo dentro de cinco años?», ya que encontrar respuestas a las mismas, permiten el paso para el cambio.

En esta línea, la profesional sugiere identificar los puntos fuertes y débiles del trabajo. «Cada uno debe analizar las capacidades y las habilidades, los conocimientos técnicos y la experiencia que tiene, y también su manera de ser», apunta.

Al mismo tiempo, también es necesario investigar el mercado laboral para ver las oportunidades y las amenazas que se puede encontrar. «Hay que pensar en el mejor, pero prepararse para lo peor», señala.

Trilla advierte también que cuando la persona siente realmente que quiere cambiar, debe evitar hacerlo de manera impulsiva. «Es importante diseñar bien la estrategia y tener en cuenta la realidad para hacer un cambio que sea ecológico para todas las áreas de su vida». Además, es un camino que requiere un tiempo, sobre todo porque, muy probablemente, será necesario formarse en alguna área para actualizar los conocimientos.

Por otra parte, hay que despedirse bien del trabajo. «Irse de malas maneras es un error que la gente comete a menudo», advierte la profesora de la UOC. «Cuando se quiere hacer un cambio profesional, a veces se cierra la persiana y no se quiere saber nada más de la empresa, incluso del sector y esto puede cerrar las puertas en el futuro», apunta. «Tenemos que pensar que los compañeros son una parte importante de nuestra red de contactos».

Finalmente, Trilla señala que «no hay que dejarse llevar por el miedo del cambio si hemos analizado bien todos los aspectos». De hecho, la experta comenta que no se debe desistir nunca de un cambio profesional, y en todo caso, lo que se debe valorar es un cambio de perspectiva.

«Esto está muy conectado con las creencias que tenemos de nosotros mismos, que nos impiden ver otras opciones, tales como intentar acceder a un empleo en un sector en el que no tenemos experiencia, pero en cambio, podemos tener las competencias adecuadas para desempeñar las funciones que requiere el puesto», concluye.