El talento introvertido en las empresas 2.0

Según una encuesta llevada a cabo en Estados Unidos, el 65% de los altos ejecutivos consultados describió a la introversión como una “carga”, dado que plantean dudad sobre su capacidad para vincularse con los equipos, de liderar y cooperar con otras personas, de formular ideas en público, o de su poder de persuasión de cara a los clientes indecisos.

Sin embargo, un artículo publicado en goodrebels, apunta a que el problema radica en una confusión de términos. “Ser tímido no es igual a ser introvertido”, señalan, al tiempo que plantean una cuestión: “¿hay espacio en la empresa 2.0 para personalidades más reservadas?”. Al respecto apuntan que “no existe un individuo totalmente introvertido o extrovertido” y que se trata de “tendencias”.

En aquellas personas con una inclinación hacia la introversión, prima “su interés y motivación en los procesos internos; orienta su energía vital hacia sus pensamientos y sentimientos, tendiendo a la introspección”, señala el artículo. Ve “las condiciones exteriores, pero toma como decisivas las determinantes subjetivas”, añade. Por ello, estas personas son buenas resolviendo problemas, en tareas creativas o que requieren altas dosis de empatía, autogestión y enfoque.

El perfil extrovertido, en cambio, se caracteriza por enfocarse en aspectos objetivos, en la gente y las cosas fuera del sujeto, por lo que busca socializar y estar al tanto de su entorno, de donde extrae la energía vital. Sin embargo, matiza “la introversión no significa ser poco sociable” o solitario, “ni está incapacitado para dirigirse a grandes audiencias, sólo que tiende a la interacción uno a uno o en pequeños grupos”.

Asimismo, goodrebels describe en su artículo a los introvertidos como “los mejores líderes en grupos proactivos”. Al respecto explica que, pese a que entre un tercio y la mitad de la población tiende a la introversión, “los perfiles extrovertidos suelen ser más seleccionados para cargos directivos, aunque no sean necesariamente mejores líderes”, dado que cuando se trata de grupos proactivos, “los líderes introvertidos son más receptivos a las sugerencias e ideas de sus empleados”.

Y concluyen, “si los introvertidos pueden pecar de callados o tímidos, los extrovertidos suelen mostrar poca capacidad autocrítica y su tendencia a agradar puede llevarlos a convencionalismos”. De ahí la importancia de contar con equipos mixtos, y no sólo apelar al estereotipo carismático.