3 pasos para convertir en embajadores de marca a los empleados

21/05/2018 · La reputación de una empresa es un indicador de su capacidad para atraer y retener a sus profesionales, de fidelizar a sus clientes y, en definitiva, de su nivel de competitividad en el mercado. Es por ello que muchas organizaciones apuestan por el branding y el marketing a fin de mejorar la imagen que su público objetivo adquiere de ellas, sin embargo, un reciente estudio revela que uno de los grandes elementos que permite trabajar hacia ese objetivo son los propios empleados convertidos en embajadores de marca.

Contar con profesionales profundamente conectados con el propósito, valores y cultura corporativa, les convierte en los mejores activos de marca, independientemente del sector al que pertenezca la compañía para la que trabajan, dado que implica contar con una fuerza de trabajo comprometida con los objetivos marcados y alineada con la forma de trabajar deseada por su organización, ganado así en coherencia con los ideales que la compañía transmite hacia el exterior.

En este sentido, según el barómetro Edelman Trust de 2013, para el 41% de los consultados, los empleados son “la fuente de información más creíble cuando hablan de su empresa”. En este sentido, la construcción de una marca corporativa fuerte requiere contar con profesionales motivados y comprometidos emocionalmente con su función, compañeros de trabajo y jefes. Pero, ¿cómo se logra ese nivel de conexión? Según un artículo publicado en Forbes, dicha transformación puede llevarse a cabo a través de tres pasos.

  • Promover el autoconocimiento y la marca personal

Con el fin de incrementar la satisfacción laboral, la cultura empresarial debe estar centrada en las personas y no en la empresa. Así lo destaca una reciente investigación llevada a cabo por la Cornell University que explica cómo impulsar profesionalmente a los empleados y su identidad personal más allá de la organización, afecta positivamente a su productividad laboral y conexión con la empresa.

En este sentido, es clave dejar a un lado los objetivos empresariales para centrarse en los intereses particulares del talento, generando un ambiente de trabajo atractivo y motivador que permita, después, enfocar los esfuerzos objetivos hacia las metas que las compañías se marcan. Se trata, por tanto, de naturalizar el proceso de incremento del compromiso, sin emplear mensajes o dinámicas forzadas.

  • El conocimiento de marca debe ser una prioridad

Los profesionales deben conocer la misión de la empresa y qué valores la definen y distinguen de la competencia para poder convertirse en embajadores de marca auténticos. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por Gallup, a través del cual se encuestó a más de 3.000 trabajadores, reveló que más de la mitad no eran conscientes del posicionamiento de su compañía y de su clave diferencial.

  • Conectar la marca personal con la marca de la empresa

Una vez que los profesionales conocen su identidad personal, es decir, su valor como profesional y la importancia que éste tiene para la corporación, así como los valores que definen y distinguen a la firma para la que trabaja y los objetivos que ésta persigue, es importante que ambas identidades –personal y de empresa- trabajen al unísono.

Para ello, es necesario que cada trabajador conozca cómo puede contribuir con sus fortalezas y particularidades al proyecto empresarial. En ésta línea, los líderes deben ser capaces de dejar que los profesionales asuman tareas de responsabilidad o lideren proyectos en los que poner a trabajar dichas fortalezas, transmitiéndoles así el importante papel que cumplen dentro de la compañía y aumentando su nivel de conexión con la misma.

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