Revista digital
TRIBUNA
febrero 2012

Formación y nuevas tecnologías, una alianza conjunta e inseparable hacia el éxito

Sergio Ibáñez Meiggs,
director de English Corporate

 
Sergio Ibáñez MeiggsEl aprendizaje, la adquisición de nuevas habilidades o conocimientos, es un complejo proceso que engloba multitud de factores: desde los ambientales hasta los biológicos, los sociales o los personales.

El aprendizaje, la adquisición de nuevas habilidades o conocimientos, es un complejo proceso que engloba multitud de factores: desde los ambientales hasta los biológicos, los sociales o los personales. Debido a ello, existen muchas maneras de aprender algo nuevo que van desde la lectura y el estudio hasta la experimentación. Actualmente, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha puesto al alcance, tanto de los formadores como las personas y profesionales que desean ampliar su desarrollo y sus aptitudes, un sinfín de herramientas de gran valor para la divulgación y la adquisición de conocimientos.

Estos avances de la técnica han propiciado fenómenos como la popularización de la teleformación y de un abanico de opciones que abarca desde las aplicaciones educativas para móviles, a las webs y los foros especializados, los videojuegos didácticos o, más recientemente, las redes sociales dirigidas específicamente al aprendizaje de alguna materia concreta. Todos estos útiles aplicados a la enseñanza forman parte de lo que conocemos como elearning. Esta estrategia pedagógica, si bien plantea muchas ventajas, en palabras del Dr. Francisco José García Peñalvo, titular de la Universidad de Salamanca en el área de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial: Es ingente el grado de compromiso y entrega necesarios “para que el elearning triunfe en una organización.”

Todas estas herramientas son de una utilidad excepcional en el terreno de la formación, y deben ser aprovechadas al máximo, aunque esto no supone que se conviertan en el medio de aprendizaje en sí mismas. Así, la manera de comunicar, el estímulo que supone el aprendizaje de la mano de un profesor y su impacto en la interiorización de la nueva información por parte del alumno conforman toda una experiencia educativa que si se intenta recrear sólo a través de los nuevos avances técnicos y el espíritu autodidacta de quien quiere aprender algo, difícilmente producirá otro resultado que el de un sucedáneo de conocimientos. Eso sin mencionar que la tasa de abandono en sistemas de educación basados íntegramente en los medios tecnológicos son, según autores como Ismael Peña Reyes, profesor en Sistemas de Información de la Universidad Nacional de Colombia, entre un 20% y un 50% más altas que en los programas con una metodología de formación tradicional.

El verdadero aprendizaje es aquel que provoca un cambio permanente en las habilidades y capacidades de un individuo. Y qué mejor para lograr este objetivo que las directrices, correcciones y consejos de un formador que esté plenamente capacitado no sólo para transmitir su dominio en un campo concreto, sino para generar en el alumno el afán de ir más allá, de profundizar en la materia, que llevará al éxito a la persona que quiere adquirir nuevas habilidades, ya sean desde el dominio de una lengua a la gestión de personal, etc.

Por ello, el afán de todo formador debe impulsarlo a hacer uso de todas aquellas armas a su alcance para producir una formación de calidad, pero sin obviar al factor humano. Una vez asumido este principio, las nuevas tecnologías presentan un vasto campo que puede enriquecer mucho la experiencia educativa si se usan apropiadamente y acortar la distancia con el principal objetivo. De hecho, si nos centramos en la formación empresarial, no debemos ser poco ambiciosos y perseguir tan sólo metas menores. El resultado final para quien forma a profesionales debe ser siempre la excelencia. Un punto de vista que se justifica si tenemos en cuenta que el fin de la formación dentro de las compañías tiene como algunos de sus principales logros la mejora palpable de las capacidad laborales de los trabajadores, ya sea en el puesto de trabajo que desempeñan actualmente o bien para aspirar a cargos que permitan la promoción interna.

Porque los profesionales mejor cualificados suelen ser aquellos que han sido formados por expertos capaces de enseñar y transmitir con precisión, pero que además motiven al alumno para que saque el máximo partido a sus virtudes y habilidades. En este aspecto, introducir en el aprendizaje algunos recursos ofrecidos por estos avances se presenta como la oportunidad perfecta para crear una alianza que genere un valor añadido al aprendizaje y aliente al pupilo.

Un hecho que podemos comprobar atendiendo a los resultados obtenidos, en base a la experiencia, al formar a personas que carecen de tiempo y deben gestionarlo como uno de los bienes más valiosos para sus empresas. El caso de los directivos y ejecutivos de empresas es especialmente bueno como ejemplo de alumnos a los que la adecuada motivación otorga el éxito esperado. Las clases presenciales son siempre un acicate que anima a seguir aprendiendo. Algo que, gracias especialmente a las tecnologías de la comunicación que están revolucionando nuestra manera de ver el mundo, se puede implementar con clases y servicios a distancia -con herramientas que van desde el teléfono a los servicios de videollamada por Internet, el software didáctico o la tutoría a través del correo electrónico, por citar tan sólo algunas- para aquellos casos en los que sea imposible el contacto directo con el profesorado o para momentos puntuales del programa de formación, pero siempre usados como vía, como puente de contacto entre profesor y alumno.

El aprendizaje autodidacta utilizando tan sólo medios técnicos o a través del elearning puede ser útil para adquirir nociones superficiales sobre un tema de interés, pero a largo plazo deshumaniza la experiencia educativa, desmotiva al alumno y origina unos resultados que, normalmente, suelen ser mediocres. Esto se debe simplemente a que la trayectoria de unos buenos formadores es insustituible, puesto que ellos conocen la mejor manera de planificar el plan de estudios conforme a unos principios pedagógicos y metodológicos encaminados a obtener los resultados más satisfactorios posibles.

De modo que podemos concluir que las nuevas tecnologías son unas valiosísimas aliadas para profesores y alumnos en el proceso formativo. La creación de programas metodológicos basados en el b-learning o blendedlearning: sistemas de educación combinada en la que la formación presencial y la que se basa en plataformas tecnológicas se dan la mano, que complementen los sistemas de enseñanza tradicionales con las nuevas tecnologías, es una de las formas más eficaces en las que se puede sacar provecho de estos avances. Pero siempre que no sustituyan al factor humano, ya que el aprendizaje siempre será una experiencia en la que el que la interacción personal se presenta como un factor fundamental para alcanzar el éxito.

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