Revista digital
TRIBUNA
abril 2010

Cinco lecciones de gimnasia

Anna Bisart,
senior manager, HR de GE Capital Bank

 
Anna Bisart¿Quién no se ha encontrado alguna vez en la oficina a las 8 de la noche batallando con una tabla Excel imposible? ¿Quién sería capaz de mencionar el nombre de una gimnasta campeona olímpica? Seguro que a la mayoría le resulta más complicado responder a esta pregunta que a cualquiera relacionada con el fútbol. Resulta fácil detectar en el fútbol la presencia de la “Sra. Estrategia”, de “Mr. Leadership” o del incombustible “Team Building”, pero a través de estas líneas, propongo que reflexionemos sobre la relación entre un deporte mucho menos conocido, y el entorno empresarial.
Algunas nociones de Gimnasia

En gimnasia artística distinguimos cuatro aparatos, salto, paralelas, barra de equilibrios y suelo. A menudo, la vistosidad de las acrobacias de esas niñas que desafían las leyes de la gravedad no dejan ver el trabajo que hay detrás del espectáculo y el duro entrenamiento, físico y mental, que se exige para poder competir.

El propósito de estas reflexiones es identificar algunos de los aprendizajes que pueden extraerse de la gimnasia y que pueden ser útiles en el desarrollo de una carrera profesional exitosa. Adelanto que algunas de las habilidades que debe poseer una buena gimnasta, como la disciplina o la capacidad de aprendizaje, coinciden con las que también buscamos en los mejores candidatos que deben conformar nuestros equipos. Estas habilidades pueden aprenderse, pero el hecho de tenerlas como parte del “savoir faire” del individuo, facilita muchísimo su puesta en práctica.

Lección 1.Tolerancia a la Frustración

Fui gimnasta durante 12 años. Entrenaba 24 horas semanales y competía los domingos. La gimnasia me dio alegrías, pero haciéndome entender que cualquier triunfo requiere de un esfuerzo previo. También me dio disgustos, entendiendo gracias a éstos que los fracasos también pueden llevarnos al éxito. Así, gracias a un deporte desconocido por muchos y practicado por pocos experimenté el primer disgusto de mi vida, Al club donde entrenaba acudió un “ojeador” para escoger niñas para Barcelona 92, y resultó que fui una de esas niñas. Pasada la alegría inicial, mis padres decidieron que nada de olimpiadas... demasiado sacrificio. Lloré desconsoladamente en el Ford Fiesta de mi madre y con sólo 6 años la gimnasia me descubrió la primera lección: la tolerancia a la frustración.

En las empresas es importante ser capaces de gestionar el sentimiento de frustración (que no ser tolerantes al fracaso) y convivir con éste (tolerando su existencia) a la vez que transformándolo en una oportunidad para mejorar y aprender, ayudándonos a desarrollar nuestras habilidades profesionales de flexibilidad y adaptación, condiciones indispensables en estos tiempos de cambio.

Esta lección se amplió a lo largo de los años cuando debí aprender, a la fuerza, que no siempre podía ganar. No sólo aprendí a ganar sino también a no hacerlo (que no es igual que perder).

Lección 2. Redefinición de Objetivos... renovarse o morir?

Asociada a esta primera lección vino la segunda, la redefinición de objetivos. Nunca llegaría a competir en unas olimpiadas y por tanto debería trazar mi “plan de carrera gimnástica” basándome en otro reto. La capacidad de establecer objetivos realistas nos brinda la posibilidad de triunfar readaptándonos a nuestro entorno, un entorno en constante cambio que requiere de una adaptación continua pero también de una capacidad esencial para influir en él e intentar modificarlo. El “siempre lo hemos hecho así” ha quedado completamente KO.

Lección 3. Querer no siempre es Poder pero si no quieres jamás podrás

Es muy importante distinguir el “querer” del “poder. En gimnasia, el “querer”, siempre ha quedado vinculado a las posibilidades físicas de la gimnasta. En el entorno empresarial los candidatos a un puesto de trabajo son valorados inicialmente por sus conocimientos y habilidades para realizar el trabajo. Una vez en su puesto a medida que avanzan y demuestran sus conocimientos, éstos, ya comprobados, pasarán a un segundo plano y lo que importará no será lo que sepan hacer sino lo que quieran hacer.

Lección 4. ... lo interesante de las curvas...

La visión global fue la cuarta lección. En ocasiones, la línea recta no es el camino más correcto para llegar a un objetivo y las curvas que se pueden trazar en dicho camino nos pueden enseñar que, recovecos inexplorados quizás den soluciones creativas que nos llevarán a resultados innovadores, tan necesarios para ofrecer una propuesta diferencial.

Me di cuenta de esto cuando tuve como objetivo la pirueta. Yo, que con 13 años era el máximo exponente de “execution” pensé...” ¿pirueta?, 360º de giro? ¡A girar!”. Resultó que girar de golpe 360º no era el camino correcto (¡sí el más corto!) y que, la línea recta no era la solución. Algo que a priori parecía sencillo se convirtió en un largo camino llenísimo de curvas y medios giros.

El ensayo-error y el entreno forman parte del camino al éxito. La práctica tan claramente necesaria para los aprendizajes “hard”, léase aprender a construir una tabla Excel o a hacer una pirueta, ha de ser igualmente importante que la de los “soft”. Las piruetas y los excels nos saldrán mejor cuanto más los practiquemos... lo mismo pasará con nuestras habilidades de liderazgo, teamworking decisión making... ¡El secreto es practicar!

Lección 5. Perseverancia...evita su lado oscuro

La quinta lección, es la que aún hoy me ayuda a evitar la “parálisis por el análisis” y a no convertir la virtud de la perseverancia en estúpida testarudez: la perseverancia y la importancia del nunca darse por vencido. Uno de los puntos característicos de la gimnasia el repetir y no parar hasta conseguir la correcta ejecución de los ejercicios. Sin embargo, muchas veces, este ciclo de “repetición” debe romperse para dar paso a otro nuevo con otro ejercicio. Por tanto también es necesario saber “parar” aunque no hayamos llegado donde nos proponemos cuando nos proponemos.

Con12 años pasé más de dos horas en la barra practicando el flikflak sin ser capaz de “clavar” una docena. Repetía el ejercicio cada vez más enfadada sin saber qué era lo que fallaba. Éste sería un caso de lo que en el mundo del ajedrez llaman “amaurosis schaquistica”, es decir, estaríamos ante alguien que ha perdido la visión amplia del juego y está cometiendo errores de los que no es consciente.

Es muy importante tener consciencia de las propias emociones y de cómo éstas pueden “cegarnos” a la hora de actuar.

Volviendo a la tabla Excel, el primer pensamiento cuando me encontraba en el despacho esa tarde fue: ”Aquí me quedo hasta que esto salga!”... 0 capacidad de asumir limitaciones, 0 capacidad de ver más allá, 0 flexibilidad, 100% amaurosis schaquistica. Ese día paré, y al día siguiente, 20 minutos bastaron para acabar la tabla.

La gimnasia fue para mí una escuela de negocios para niños con la que no llegué a Barcelona 92, pero sí a General Electric mi actual empresa, donde me he dado cuenta de que dos mundos tan aparentemente distintos tienen bases de actuación casi idénticas.

entrevistas  |  reportajes  |  almuerzos  |  tribunas  |  noticias  |  proveedores  |  nombramientos  |  estudios  |  agenda  |  libros  |  el equipo  |  enlaces  |  mapa web

© 2007 CUSTOMMEDIA S.L. edita EQUIPOS Y TALENTO  |  Equipo de redacción  |  Contacto  |  Política de privacidad

Av. Diagonal, 463 bis 5ª planta, Barcelona 08036  Tel. 93 4195152  Fax. 93 4101755