Revista digital
TRIBUNA
mayo 2015

Un compañero saludable

Consol Iranzo,
directora general de Karisma

 
Consol IranzoSegún una encuesta, a la mitad de los españoles dueños de una mascota les encantaría poder llevarla a su lugar de trabajo
Para la presente tribuna he escogido un tema que tiene una especial relevancia para mí. Las personas que me conocen saben que, además de mi gran pasión por todo lo que concierne al desarrollo de las personas, tengo otra que tiene que ver con el mundo animal, especialmente con los perros.

Existen diversos estudios sobre las connotaciones y beneficios que conlleva llevar a la mascota al lugar de trabajo, entre ellos el realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Virgina Commonwealth en Estados Unidos, encabezado por Randolph Barker: “Presencia del perro en el trabajo y el estrés de los trabajadores”.

En este estudio se constata que llevar al perro al trabajo es una buena práctica, ya que disminuye la ansiedad y el estrés (y no sólo del dueño/a sino también del resto de personas), ayuda a regularizar la tensión arterial cuando se le acaricia y facilita la sonrisa, fomenta la creatividad y ofrece una mayor satisfacción laboral que puede traducirse en mayor productividad, además de que genera una buena relación entre los compañeros de trabajo.

Reconocidas empresas como Amazon, Google, Procter & Gamble, Ben & Jerry y otras, contemplan entre sus políticas de motivación de las personas la posibilidad de que éstas acudan acompañadas de su mascota. En Washington es habitual que los congresistas asistan al Congreso con su perro. Se calcula que más de 1,5 millones de personas
en Estados Unidos acuden al trabajo acompañados de su mascota y en el mundo la cifra que se estima es de 2,3 millones. El número se va incrementando de forma sustancial, lo cual quiere decir que cada vez más se está contemplando como una actuación muy positiva.

“Take your dog to work day” se lleva celebrando en Estados Unidos y en el Reino Unido desde los años 90 y es un día, habitualmente un viernes, en que las empresas de todos los sectores animan a acudir al trabajo acompañados de una mascota. La idea es fomentar la adopción y también animar más a las empresas a aceptar este hecho como algo
positivo.

Una reciente investigación ha demostrado que la oxitocina, hormona presente en los humanos, también lo está en los canes. Dicha hormona es esencial para la estabilidad emocional de nuestro cerebro y al mismo tiempo nos ayuda a combatir sensaciones o estados de ansiedad, estrés, temores, etc. La oxitocina puede ser liberada con un simple abrazo, con una caricia o con un beso, también con una mirada de un ser querido. Por ello, los perros, al tener esa misma hormona, son capaces de producir esas sensaciones en conexión con los humanos.

De todos es conocido que los perros se están utilizando para numerosas actividades: salvamento en diversas circunstancias, detección de drogas, y también son utilizados para realizar terapias con niños autistas y también con ancianos.

Por ejemplo, en algunas residencias de personas mayores se han identificado beneficios a nivel respiratorio, físico y cognitivo, ya que la presencia de un perro estimula y motiva a los pacientes a seguir haciendo tareas y trabajos rutinarios del día a día. Otros beneficios son la estimulación de las sensaciones táctiles y el establecimiento del mecanismo de comunicación no verbal, que activa la imaginación y la percepción sensorial e influye muy positivamente en potenciar la conexión emocional.

Según una encuesta realizada recientemente, a la mitad de los españoles dueños de una mascota les encantaría poder llevarla a su lugar de trabajo. Ante tantos efectos positivos, ¿por qué en España todavía sigue siendo difícil encontrar lugares de trabajo donde se permite la entrada de las mascotas?

Por mi parte, tengo que comunicar que, ya hace un tiempo que he puesto en práctica el hecho de llevar a mi perra a mi despacho. Iris, que así se llama mi mascota, es una Montaña de los Pirineos a la cual le encanta poder compartir el extenso tiempo que dedico a mi jornada laboral y no quedarse en casa esperando mi regreso.

Una de las ventajas que me ha conllevado tenerla conmigo es que los momentos que preciso sacarla a pasear se han convertido en breves desconexiones y que, después de esos descansos, vuelvo con la mente más abierta, más creativa y con una actitud todavía más positiva ante los temas que tengo que resolver.

Con todo, aun valorando los beneficios positivos de esta práctica, no podemos olvidar que siempre hay que ser conscientes de que debemos respeto a las personas con las que compartimos nuestra jornada laboral. Esto significa que hay que saber de antemano si hay alguien que pueda sentirse molesto con la presencia de nuestra mascota o puede tener algún tipo de alergia o miedo.

Debemos mantenernos alerta siempre y ser responsables de lo que conlleva. Por ello es preciso saber educarlos para que sepan cuál debe ser su comportamiento y no causen molestias, además, claro está, de cuidar su salud e higiene.

Con este artículo sólo he pretendido que hagamos una reflexión de lo fácil que puede resultar ser más felices en nuestro puesto de trabajo y que podamos compartir esa felicidad con todas las personas con las que interactuamos en nuestro día a día. Sólo es preciso que seamos capaces de abrir nuestro mundo a nuevas posibilidades.

Como decía Marcel Proust, “el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en ver nuevos mundos, sino en tener nuevos ojos.”
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