RRHH, aportando al negocio. Algunas pistas
Juan Ramón Genís,
manager de Lukkap Spain
Cuando un empleado entiende hacia dónde va su compañía y el porqué, le encuentra el sentido a su rol
Existe una tendencia que ha llegado para quedarse: aportar más al negocio, especialmente desde la línea de Recursos Humanos.
Tras las reestructuraciones producidas en España en los últimos cinco años, las empresas se plantean cómo enganchar de nuevo a las personas y volver a generar compromiso.
Cuando un empleado entiende hacia dónde va su compañía y el porqué, le encuentra el sentido a su rol y es consciente de su aportación. Las posibilidades de que se sienta más orgulloso de su trabajo, de su empresa y de lo que representa, son mucho mayores. ¿Desde Recursos Humanos se puede lograr que esto ocurra? ¿Es posible influir sobre el negocio para potenciarlo?
Programas de employer branding y engagement se convierten en los grandes protagonistas de la escena.
El inconveniente se plantea cuando en algunas ocasiones estos dos programas son confundidos entre sí, generando falsas creencias y expectativas en RRHH. Esta situación también puede desembocar en una receptividad negativa por parte de las personas que van a transitar por ellos.
En estos tiempos que corren de lenta y supuesta recuperación económica ¿qué necesita una empresa y las personas que la componen en términos de compromiso?
¿Que los empleados vuelvan a sentir la camiseta? o ¿que se “reenganchen” con la misión, visión y valores de la compañía que les ha parapetado durante el temporal laboral? Es decir, un programa de employer branding o uno de engagement.
En muchos casos las dos opciones son acertadas, complementarias, correlativas en el tiempo y consiguen los mismos resultados con herramientas, recursos e indicadores diferentes.
Mientras que los programas de employer branding buscan explotar aspectos que el trabajador parece o cree haber olvidado, como el valor de la marca, el orgullo de pertenencia o algo más simple, que es hablar bien de su empresa, el programa de engagement se encamina más hacia el compromiso con el proyecto, la estrategia, la misión y la visión de la empresa.
Indiscutiblemente, el fin último de ambos programas es recuperar, crear o reinventar embajadores de la empresa, de la marca y de sus valores, convirtiéndoles en fans de sus productos, servicios o soluciones.
Esto repercutirá directa e indirectamente en un aumento de las ventas, rentabilidad y satisfacción del cliente, que es el objetivo de todas las compañías. Y en lo que se refiere a los empleados, evitará la fuga de talento, incrementará positivamente el clima laboral y atraerá talento pasivo.
Pero lo más destacable de todo es que propiciará que Recursos Humanos se instale para siempre dentro del negocio y contribuya a su desarrollo, abandonando una imagen de departamento estanco y accesorio. Así que, señores directores de Recursos Humanos, pónganse las pilas y generen euros, ayuden a su empresa a ser más rentable y a que sus clientes estén más contentos.
Para ello, comiencen a rescatar a las personas un día comprometidas, a las que llevaban a fuego tatuada su marca y a las que cuando se hablaba de estrategia a diez años … ¡les brillaban los ojos!