Revista digital
TRIBUNA
octubre 2012

Atreverse a mirar de otra manera…

Oliva González,
socia directora de MyO Company

 
Oliva GonzálezNingún problema puede ser resuelto desde el mismo estado de conciencia desde el que fue creado. Albert Einstein.
Dicen que existen tres clases de personas: los pesimistas, los optimistas y los realistas, aunque hay algunos que lo dejan en dos: pesimistas y optimistas. Yo creo que esto no es así. Creo que todos llevamos dentro todo, nuestro pesimismo y nuestro optimismo, que nos manejamos según podemos y según nos han enseñado y hemos aprendido.
Y en esencia, todo ello depende de nuestra forma de mirar. De nuestra forma de entender la realidad, y de entendernos a nosotros mismos.
Hemos establecido dentro de nosotros, y de nuestras organizaciones, mecanismos que saltan automáticamente, en función de lo que pasa fuera. Y son tan automáticos, que ni siquiera nos damos cuenta de que están saltando.
Y así, entonces, actuamos de tal manera que se nos puede englobar en pesimistas, o en optimistas, perdiendo un enorme campo de actuación para la gestión.
Cada día las noticias nos hacen ver qué mal están las cosas, y cómo parece que van a peor. El escenario es terrible, casi dramático, y nadie se atreve a aventurar qué
va a pasar, nadie quiere atreverse a nombrar, y a decir cómo estaremos dentro de seis meses.
Van pasando los días, y cada día que pasa, parece que es mejor meter un poco más la cabeza, aguantar, sacar la patita por si acaso, y resguardarse bien, no vaya a ser que nos pase algo.
Esta es la forma de mirar que nos han enseñado, la que hemos aprendido o con la que nos hemos sentido más cómodos cada uno de nosotros.
Pero podemos mirar de muchas más maneras, y eso no implica que seamos optimistas, o pesimistas. Eso simplemente implica que podemos, primero, darnos cuenta del punto de vista que estamos adoptando. Segundo, darnos cuenta de que existen muchas más formas y puntos de vista desde los cuales mirar. Tercero, darnos cuenta de que, al calor de nuestro refugio, podemos entrenarnos en mirar de otra manera. Es simple y llanamente un ejercicio de entrenamiento.
Puedo descubrir que me puedo ir al otro lado más extremo y decir que esta situación es fantástica, que es una oportunidad maravillosa para poder cambiar la manera de funcionar, para poder evolucionar hacia otro sistema económico y político.
Pero también puedo intentar ejercitarme en descubrir cuántos puntos de vista puedo tener, intermedios entre esos dos extremos.
Porque, seamos realistas, para situarme en cualquiera de esos dos puntos de vista extremos, no necesito mucho; y, sin embargo, mi capacidad de actuación es nula, o casi nula. Porque todo lo que yo decida o no decida, en base a ese punto de vista, no sirve para que algo cambie. Con mi actuación, yo no voy a cambiar el sistema económico y político, quizá sirva de ejemplo, pero yo sólo, o sólo mi organización, no puedo hacer realidad ese cambio.
Es fácil situarse en esos dos puntos de vista. Uno porque es el que traemos por defecto, y el otro, porque hay miles de mensajes y miles de personas que nos lo dicen también. Lo difícil y lo bonito es intentar ver qué otros puntos de vista hay, intermedios entre esos dos, y que me descubren un campo factible de actuación y de cambio para mí y para mi realidad.
Porque haberlos, los hay.
Esa es la verdadera oportunidad de la crisis. Nos da un espacio para el descubrimiento, para la reflexión, una oportunidad para mirar, para entrenarnos en mirar.
Algunos me dirán que, sí, que muy bien, que eso queda muy bonito en el papel, pero que cómo se hace eso. Y yo diré que es fácil, que consiste en preguntarse, en ir a las bases, a los cimientos, a la misión, visión y valores. Los nuestros como personas, y los nuestros como organizaciones.
Muchos hemos desarrollado trabajos por inercia, nos hemos dejado llevar, arrastrados por las circunstancias y las oportunidades que en un determinado momento se nos presentaron, y no pudimos dedicar un tiempo a preguntarnos cuáles eran nuestros talentos, con qué cosas nos
divertíamos, qué es aquello que es innegociable, y qué puedo negociar, cuál es mi código de conducta y cuáles son mis valores.
Para hacernos estas preguntas, y responderlas, tenemos tiempo. Y una vez respondidas, podemos compararlas con lo que tenemos ahora mismo, y cuál es su grado de coincidencia. ¿Estoy muy cerca o estoy muy alejado? ¿Por qué si lo que a mí me divierte es trabajar con personas, estoy sentado delante del cuadro de mandos de un avión? ¿Qué dice eso de mí? ¿Hacia dónde puedo ir, si el grado de coincidencia es escaso?
Ahora tenemos tiempo. Ahora tenemos oportunidad de dibujar nuevos caminos. Sólo depende de nosotros. ¿Para qué decimos que nuestra misión como organización es respaldar a nuestros clientes cuando podemos decir que “movemos” voluntades y deseos? En el fondo, el mensaje es el mismo, pero la manera de decirlo es radicalmente diferente. Y esa manera de decirla es la que nos abre o nos cierra puertas, la que dibuja nuestros caminos.
Todos podemos hacerlo, es cuestión de reflexionar un poco, de trabajar desde aquello que nos llena y nos divierte, es eso lo que tenemos que encontrar, y desde ahí, dibujar tantos puntos de vista como nos sea posible, para poder después decidir uno, aquél que nos permita actuar sobre la realidad y empezar a cambiarla.
Si todos lo hiciéramos, y ahora todos tenemos tiempo para hacerlo, estaremos dando un paso enorme para que ese punto extremo de cambio del sistema económico y político, sea de verdad, una realidad. Ésta es la verdadera oportunidad de esta enorme crisis. Tenemos tiempo. Aprovechémoslo.
entrevistas  |  reportajes  |  almuerzos  |  tribunas  |  noticias  |  proveedores  |  nombramientos  |  estudios  |  agenda  |  libros  |  el equipo  |  enlaces  |  mapa web

© 2007 CUSTOMMEDIA S.L. edita EQUIPOS Y TALENTO  |  Equipo de redacción  |  Contacto  |  Política de privacidad

Av. Diagonal, 463 bis 5ª planta, Barcelona 08036  Tel. 93 4195152  Fax. 93 4101755