Revista digital
TRIBUNA
septiembre 2016

El espejo nunca miente (cultura de empresa)

Diego Larrea Bucchi,
Experto de Recursos Humanos y Comunicación

 
Diego Larrea BucchiLa importancia del Otro como eje central de nuestras decisiones cotidianas está calando cada vez más en una sociedad invadida de estereotipos unipersonales y simplistas. Una sociedad que comienza a romper moldes y busca al Otro como pilar de una nueva socialización, despertando el sentido de la colaboración verdadera. Una sociedad abierta al aprendizaje, cada vez más madura, que sabe lo que quiere y lo que no quiere. Capaz de enfrentarse a los viejos liderazgos medievales y jerarquizar la humildad, la coherencia y el aprendizaje en cada segundo de su día a día. Una sociedad que entiende que no se puede vivir más con un doble discurso, una doble cara de la moneda, y que necesita vivir de manera congruente entre la persona que es en su casa y en su trabajo. Porque el valor de la autenticidad cotiza cada vez más en “la bolsa de los valores”: ser el que soy, esté donde esté y esté con quien esté.
Y dentro de esa sociedad está el mundo empresarial, donde hemos vivido durante muchos años con ese viejo tabú, producto de una añeja enseñanza que se fue haciendo hábito, producto de “líderes sin liderazgo” que ocultaban sus inseguridades tras esas antiguas teorías. Hoy el nuevo management da una inteligente patada al tablero y se rebela contra esos viejos fantasmas y proclama el derecho a la coherencia, a lo auténtico y a la verdad.

Tenemos hoy una gran oportunidad para revisar los tradicionales planteamientos de nuestras culturas empresariales y borrar aquellos párrafos que hoy no son compatibles con nuestra propia esencia, e incorporales esos conceptos de los que estamos plenamente convencidos. Pero esta acción, que implica un enorme acto de madurez, debe comenzar de manera ejemplificadora desde el número 1 de nuestra Compañía, hasta el recién incorporado. Un verdadero convencimiento de este cambio en nuestro día a día nos llevarán al éxito, tanto individual como colectivo, producto de una transformación organizacional propia de los nuevos tiempos. Cambiemos lo que cambiemos, transformemos lo que transformemos, si no modificamos nuestra manera de generar Cultura de Empresa en lo cotidiano, seremos una caricatura de nosotros mismos.

Todo lo que hacemos forma parte de la Cultura de Empresa. A cada segundo y en cada rincón se genera cultura. Cada gesto, cada idea, cada hábito, cada respuesta, cada conducta, cada decisión, que hagamos o no hagamos, forma parte de nuestra Cultura de Empresa. Somos espejos, y no hay jerarquías, amiguismos, prepotencias, hipocresías, que puedan con él, todo se ve, todo se refleja, de igual manera que la coherencia, la autenticidad y la verdad destellan de una manera especial.

Los discursos quedan como siempre en los papeles, en los vídeos, en los carteles. Todo lo que hacemos o dejamos de hacer, son las verdaderas células vivas que forman lo que somos.
Saludar o no saludar, hablar o no hablar, hacer o no hacer, preguntar o ignorar, ser honesto o no, humilde o soberbio, estar o no estar en el lugar y momento indicado, todo y cada uno de nuestros actos forman parte de la Cultura de Empresa. La Cultura de Empresa es lo que son, de verdad, las personas que la integran.

Podemos organizar excelentes formaciones, dinámicas de equipo, eventos, charlas, etc. para desarrollar dicha Cultura. Por supuesto que serán activos movilizadores, pero si no refleja el espíritu real de lo cotidiano, sólo será una bonita comedia temporal de efectos pirotécnicos que acabará en el rincón de los recuerdos prescindibles.

La unificación coherente del pensamiento, del sentir y actuar se convertirá en uno de las mejores herramientas y testimonios que podremos aportar como individuos y colectivo a la gestación de una Cultura creíble y perdurable en el tiempo. La Cultura de Empresa no solamente es lo que nos dicen que dice la historia, no solamente es lo que otros vivieron, no solamente es una filosofía familiar exitosa transmitida por generaciones, la Cultura de Empresa es ejemplo, dignidad, valores, equilibrio, respeto, el “no olvido”, la pregunta a tiempo, elogiar en público y corregir en privado, orientar sin humillar, hacer sentir a cada uno importante en su lugar, nunca ignorar, no ejercer el “después que ahora no tengo tiempo”, la escucha sincera, evitar favoritismos y no prejuzgar sin conocer, abolir los Clubes de Selectos, integrar, desarrollar, hacer partícipe de las verdaderas decisiones, etc.

En definitiva, nuestra Cultura de Empresa es nuestro mejor ADN, la gran oportunidad para mostrarnos vivos y creíbles frente a un mundo tan competitivo. El Cliente vive nuestra Cultura, no la que intentamos mostrarle sino la que él percibe. Podemos vendernos como queramos, decir de nosotros mismos que somos “los mejores del mundo”, poner grandes slogans y autofestejarnos por nuestra forma de ser, pero de nada servirá si en el abismo de la realidad cae, junto al precipicio de la verdad, nuestro verdadero YO y su consecuencia en el Otro.

Como decía Prosper Mérimée: “Toda mentira de importancia necesita un detalle circunstancial para ser creída.” Evitemos el detalle circunstancial innecesario y dediquemos todo nuestra pasión, convicción, talento y comos siempre humildad, en ser nosotros mismos con espíritu colaborativo en todas sus expresiones, para construir el mayor de los testimonios vivos que es nuestra Cultura de Empresa: el espejo del Yo colectivo.
entrevistas  |  reportajes  |  almuerzos  |  tribunas  |  noticias  |  proveedores  |  nombramientos  |  estudios  |  agenda  |  libros  |  el equipo  |  enlaces  |  mapa web

© 2007 CUSTOMMEDIA S.L. edita EQUIPOS Y TALENTO  |  Equipo de redacción  |  Contacto  |  Política de privacidad

Av. Diagonal, 463 bis 5ª planta, Barcelona 08036  Tel. 93 4195152  Fax. 93 4101755