La base de la reorganización es la firme decisión de la Escuela de impulsar y reforzar la actividad dirigida a las empresas. Corporate Education ofrece una propuesta de valor que ayuda a su transformación, re-invención e innovación continua de manera sostenible. Es una propuesta única para convertirse en partner de referencia de las empresas para la capacitación y captación de su talento.
A esto, añadimos la gran apuesta de la creación del nuevo ICEMD, Instituto de Innovación de ESIC. Un activo estratégico que nos diferencia en el mercado con la incorporación constante y “viva” de escucha, de creación de contenido de manera colaborativa y de innovación abierta. Además, en Corporate Education hemos integrado todos los activos digitales que provenían de ICEMD y otras áreas de la Escuela para desarrollar una oferta de soluciones integrada, con todo lo que conlleva: programas, faculty de profesionales, y soluciones relacionadas con las disciplinas digitales y de tecnología.
Nuestra misión es ayudar a las empresas en su transformación, a mejorar su competitividad y fomentar su innovación continua a través de la capacitación de su talento. Nuestra propuesta se agrupa en tres grandes focos: capacitar personas y equipos, dotar a las empresas del mejor talento poniendo a su disposición a profesionales acreditados por la Escuela (a través de la Unidad de Desarrollo Profesional de ESIC), y también ayudar a las empresas a impulsar su posicionamiento en liderazgo intelectual, a través de la investigación, de la generación de contenidos, la co-creación de eventos... (a través de todos los activos de investigación, contenidos, divulgación y marketing de ESIC).
Nuestros principios son la escucha, la colaboración, la innovación, la personalización, impacto, y la visión global y exponencial en nuestros proyectos de formación.
Talento es toda persona que ayuda al desarrollo y competitividad sostenible de la empresa. Y hay diferentes niveles y roles de talento. Nosotros diferenciamos cuatro niveles: el C-Level, compuesto por aquellos que deben cambiar el mindset, entender el entorno VUCA, desarrollar visión a medio y largo plazo, tener criterio en la toma de decisiones, capacidad para renovarse y reinventarse, y poner foco en los modelos de negocio.
Luego están los Business Level, que son los responsables de grandes áreas de negocio, que tienen otros objetivos: desde entender cuáles son las palancas de activación, de transformación necesaria a estar capacitados para la toma de decisiones; y muchísimas nuevas habilidades tanto técnicas como soft para la dirección y gestión de equipos en este nuevo entorno.
También hay profesionales con una gran especialización que necesitan capacitación cada vez más especializada y avanzada en sus áreas o funciones, bien sea de gestión de cliente, tecnología, management, financiera… y también habilidades en trabajar en entornos y equipos digitales, ágiles y colaborativos.
Por último, están los high potential & young talent, la gente más joven, el nuevo talento con gran potencial, que necesita una formación diferencial y fundamental en las áreas críticas de la empresa como cliente, management y tecnología; mucho hincapié en pensamiento crítico, habilidades analíticas, y metodologías; y, al igual que el nivel anterior, habilidades en entornos de trabajo digitales, agile y colaborativas.
Para cada uno de los estos cuatro grupos de talento y sus diferentes retos de capacitación, tenemos soluciones a la medida.
Creo que el entorno cambia tanto que la capacitación debe ser constante. En Corporate Education ayudamos a las empresas a diseñar estrategias, planes, procesos y tecnologías que les permitan capacitar a su talento de manera sostenible y, por tanto, co-crear con ellos programas lifelong learning. A lo largo de todo el ciclo de la vida profesional del equipo en la empresa, vamos incorporando soluciones y acciones formativas, dependiendo de su responsabilidad y rol en ese momento.
La transformación digital muchas veces es una reinvención de la empresa, impulsada y acelerada por la tecnología y que requiere un talento capacitado para poder dar respuestas a las necesidades de este entorno. Obviamente, en muchas empresas quedan cosas por hacer en el cambio de mindset y de cultura y, por tanto, en la formación y capacitación para impulsar esta transformación y la adaptación al cambio continuo.
Lo más importante es la escucha. Invertimos tiempo de calidad en escuchar al cliente y hacer un buen diagnóstico, con tecnologías digitales y escalables. Con estos datos, integrados con los obtenidos de reuniones de escucha cualitativas con los equipos, tenemos clara cuál es la situación de partida y los gaps a cubrir mediante capacitación. A partir de ahí, diseñamos la acción formativa de la mano del cliente, y también con nuestros stakeholders. Posteriormente, hacemos el desarrollo la formación online, presencial y/o blended. En esta fase siempre introducimos tres aspectos ineludibles: innovación, co-learning y experiencia. Y, por último, medimos el impacto y la satisfacción.
Al hacer el diagnóstico ya marcamos los objetivos y el impacto que el cliente quiere lograr en su actividad a través de la formación. No solo el objetivo es la adquisición de conocimiento, sino que marcamos qué deben saber hacer y poner en práctica cuando acaben la formación. Además, dentro de las acciones formativas, tenemos iniciativas de seguimiento y acompañamiento en las que nos aseguramos de que lo aprendido se está aplicando. Y no solo eso, sino que es una continuación del proceso de escucha inicial, porque muy probablemente habrán surgido nuevos retos y necesidades, así que hacemos un diagnóstico periódico que nos permite ir identificando gaps y, por tanto, implementar esa formación continua que comentábamos.
Hay ciertos aspectos clave para el alumno de empresa. El primero es que la organización haya escuchado bien las necesidades de sus equipos, para que lo que luego plasmemos en la formación responda a lo que realmente necesitan. Si no, el interés se pierde. Además, debe haber una comunicación inicial muy buena a los equipos de en qué consiste la formación, qué objetivos persigue, para qué les va a servir.
También es clave un buen diseño de programa que responda a esas necesidades, es fundamental para que sea a medida. Luego, en el proceso de ejecución, es muy importante la metodología. Debe ser muy dinámica, participativa y debe incluir un intenso seguimiento del alumno. Por último, esto hay que medirlo y debe haber feedback. Así, ven que lo que han hecho ha tenido impacto y han acabado la formación mucho mejor preparados que cuando empezaron.
Estos programas y soluciones de formación a medida de alto impacto los hacemos convivir con otras soluciones de auto-consumo (mediante series de vídeos), de menos impacto, pero que permiten una base de conocimiento para toda la organización de manera continua y escalable.
Sin duda, de hecho, es lo coherente con nuestra forma de entender la formación. Como unidad dirigida a empresas tenemos que ser humildes. Tener siempre una actitud de escucha y aprendizaje continuo. Nosotros aprendemos mucho de nuestros cientos de clientes. Y el papel de ICEMD como Instituto de Innovación de ESIC es clave.
Todas son muy importantes, pero hay tres que son core: cliente, con todas las disciplinas que implica desde el punto de vista de comunicación, relación y venta (marketing, ventas, atención al cliente, e-commerce,…); el segundo es el management, competencias y habilidades para dirigir la compañía para dar servicio a este cliente; y la tercera, el área de tecnología en la que integramos la formación en las tecnologías facilitadoras disruptivas y exponenciales que afectas a toda la empresa (inteligencia artificial, bigdata, IoT, Blockchain, VR / AR,..). Y abordamos otras tres que consideramos también estratégicas, y más en el momento que estamos viviendo: sostenibilidad, innovación y emprendimiento, y gobernanza del dato.
Estas son las seis áreas críticas de cualquier compañía y por eso toda nuestra oferta, tanto dirigida a individuos como a colectivos, se dirige a darles respuesta.
Sí que lo notamos. Las empresas están apostando más que nunca por la formación, en este caso e-learning por dos motivos fundamentales. Uno es que la mayoría de las empresas no están dispuestas a interrumpir las acciones formativas que estaban en marcha. Muchos de esos programas, que eran en modalidad presencial, los hemos transformado a distancia. Eso sí, formación online con metodologías de alto impacto. No simplemente autoconsumo.
Y el otro motivo es que hay muchas empresas cuyos equipos están confinados en sus casas y hay una sensación de cierto desamparo, todos necesitamos el contacto, sentir que nos tienen en cuenta y nos cuidan. Por eso, las empresas son sensibles y más que nunca quieren mantener el contacto y la relación con los equipos y que además reciban algo gratificante, que tenga impacto en ellos como profesionales y personas, que les mantenga activos, interesados y animados. Y la formación es muy potente para eso. Es una de las patas más importantes del employer branding y, ahora mismo, la más estratégica. Es una inversión en competitividad que se convierte en una inversión en compromiso.
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