Son cada vez más las organizaciones que trabajan para ayudar a sus empleados a planificar su jubilación
Parece que tienen sentido los sistemas de capitalización individual que se han implementado en otros países, donde cada uno va acumulando, a lo largo de su carrera laboral, lo que percibirá a partir de la jubilación. Sin embargo, nos encontramos con el gran problema de pasar del actual sistema de reparto a un sistema de capitalización individual, es decir, si con las contribuciones actuales estoy financiando las prestaciones de nuestros pensionistas, ¿cómo podré contribuir a mis propias prestaciones? Más aún teniendo en cuenta que en los próximos años nos espera la jubilación de aquellos nacidos en los 70, babyboomers, un amplio colectivo que pasará a percibir prestaciones públicas. Analizado este punto y su dificultad, el actual sistema de reparto tendrá que complementarse con sistemas de empresa “obligatorios” (autoenrolment) y tener de esta forma un primer pilar (sistema público) cada vez más ajustado que se complemente con un segundo pilar (sistema de empresa) cada vez mayor. Sin olvidar que tendremos que realizar un mayor esfuerzo para mantener cotizaciones al sistema público y realizar aportaciones, de empresa y empleado, al sistema de ahorro de nuestra compañía.
En España, nos encontramos con una situación poblacional muy complicada con un claro envejecimiento de la misma y donde cada vez tenemos mayor esperanza de vida, no olvidemos que somos el segundo país más longevo del mundo. Es algo muy positivo, pero tenemos que tener en cuenta que cada vez hay que pagar más pensiones y durante más tiempo. Esto, sumado a la baja natalidad que tenemos (de las más bajas de la UE), hace que alargar el periodo de actividad (cotización), y de este modo reducir el tiempo en que cobramos prestación, se vaya estableciendo como una de las medidas adoptadas en cada vez más países.
Bueno, como he comentado, me parece un punto a tener muy en cuenta y que está teniendo resultados muy positivos. Se gestiona con un sistema de autoenrolment a través del cual directamente los empleados empiezan a participar en estos sistemas financiados con aportaciones de empleado y empresa. No son obligatorios porque puedes salirte, pero, una vez dentro, las tasas de abandono son bajas y conseguimos que se genere un hábito de ahorro sistemático tan necesario.
Sin duda, hemos gozado de unas pensiones muy generosas en el pasado, cuando se trataba de personas con carreras laborales largas, y creo que nos está pasando como en el cuento del pastor y el lobo. Llevamos tanto tiempo escuchando que se van a reducir las prestaciones públicas de jubilación que ya no prestamos atención. Pero es una realidad que ya se está produciendo y sin duda se reducirán en mayor medida en el futuro, aunque gradualmente. Si adicionalmente tenemos en cuenta que nadie nos facilita información sobre nuestra pensión futura, recordemos que fue un proyecto planteado y abandonado por gobiernos anteriores, parece difícil que seamos conscientes de la realidad que nos vamos a encontrar. Es aquí donde trabajamos con cada vez más empresas, en ayudarles a facilitar esta información a los empleados de sus organizaciones ya que, si no son conscientes de la realidad que se encontrarán en el futuro, difícilmente pueden planificarlo adecuadamente. Cada vez más organizaciones ayudan a sus empleados en este punto incorporándolo incluso dentro de sus políticas de RSC.
Afortunadamente, son cada vez más organizaciones las que trabajan en ayudar a sus empleados a planificar su jubilación. Es fundamental trasladarles la importancia creciente que va a adoptar para ellos la jubilación y que las soluciones no pasan únicamente por montar sistemas de empresa con aportaciones solo de la compañía, sino que se trata de tener un plan para la jubilación. Teniendo en cuenta además la voluntariedad en el acceso a la jubilación, las organizaciones deberían planificar adecuadamente la evolución de su estructura poblacional para adaptarla a su estrategia, y, desde luego, este punto pasa porque cuando lleguemos a la edad de jubilación, accedamos a la misma voluntariamente porque tenemos los recursos necesarios para afrontar esta nueva etapa. El entorno legislativo, desde el punto de vista laboral y fiscal, es quizá uno de los inconvenientes que se deben mejorar para animar a las empresas que han sido reacias a implementar este tipo de sistemas.
Hay diferentes ámbitos de actuación, que como indicaba, no pasan necesariamente por implementar un sistema de jubilación. De hecho, considero incluso más prioritario facilitar a nuestros empleados información sobre la situación que se van a encontrar en el momento de la jubilación, ya que si la persona no es consciente de la realidad que le espera, difícilmente puede tomar las decisiones de planificación necesarias. Este sería el punto de arranque, educación financiera para poder planificar adecuadamente. Una vez superada esta primera barrera, deberíamos facilitar a nuestros empleados herramientas de simulación que les permitan conocer cuánto tendrían que ahorrar para poder mantener el nivel de ingresos que estimen necesitarán en su periodo como jubilados. Tras estos dos niveles de información y planificación, tengo que ayudarles en el cómo pueden ahorrar. Facilitemos herramientas de análisis de su capacidad de ahorro y establezcamos sistemas de empresa para que los empleados puedan realizar aportaciones de forma fiscalmente eficiente. Si adicionalmente, como empresa puedo implementar un sistema de ahorro donde la compañía aporte, sería el broche perfecto a una planificación completa, siempre teniendo en cuenta trabajar en un sistema a medida que cumpla con los objetivos de mi organización.
El enfoque de Aon en la planificación de la jubilación de los empleados de nuestros clientes pasa por los cuatro niveles comentados teniendo en cuenta el orden de implementación de las diferentes soluciones. Será en base a las necesidades de nuestra empresa y a la cultura del ahorro para la jubilación que tenga la organización, trabajando cada vez más en la idea de tener no un plan de jubilación, sino un plan para la jubilación y trasladando que cuanto antes nos involucremos con nuestros empleados en la concienciación y planificación, más les estaremos ayudando a afrontar su jubilación. Viendo el cada vez más comprometido sistema público de pensiones, es fundamental que tomemos conciencia y planifiquemos desde que comienza nuestra vida laboral.
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