Para que el smart working sea productivo, necesita trabajadores cualificados y formados

Podemos definir el smart working como un modelo de trabajo que une el teletrabajo y las nuevas tecnologías, proporcionando al trabajador las herramientas necesarias para su máxima eficiencia y productividad. Una fórmula que se basa en tres pilares: movilidad, flexibilidad horaria y el uso de nuevas tecnologías.

Hasta ahora, muchas empresas no habían implantado el teletrabajo por diversas cuestiones, en ocasiones, relacionadas con la desconfianza de los empresarios hacia este modelo y, en otras, por no disponer de una empresa preparada para ello. Teletrabajar se consideraba simplemente enviar al trabajador a casa.

El confinamiento debido al Covid-19 ha contribuido enormemente a dar un paso adelante en todos estos aspectos, poniendo al día a muchas organizaciones, públicas y privadas, hasta ahora reticentes a este tipo de modelos de trabajo. Hasta marzo de este año, muchas empresas no estaban preparadas: aplicaciones en local, firmas físicas, cultura de reuniones presenciales, documentos archivados en papel, falta de formación tecnológica de los trabajadores… lo que hacía que fuera muy difícil trabajar eficientemente desde otro lugar que no fueran las instalaciones de la empresa. 

Ventajas y retos a superar

El smart working y la no presencialidad de los trabajadores en las oficinas tienen una serie de ventajas, y algún inconveniente. Evidentemente, un ahorro de costes en instalaciones para la empresa. De cara al trabajador, la ausencia de desplazamientos supone también un ahorro de dinero y tiempo, favoreciendo, además, al medio ambiente en las grandes ciudades. Permite también una mejor gestión del talento, ya que la deslocalización ayuda a la empresa a traer y reclutar a personas que presencialmente no podrían estar por vivir en otra ciudad.

Obviamente, también hay retos a superar: la sensación de soledad del empleado, la necesidad de una mayor autogestión por su parte o la dificultad para sentirse perteneciente a un equipo. Son cuestiones que requieren un poco de recorrido del modelo para ser superadas.

Aspectos metodológicos, tecnológicos y psicológicos

Al hablar de smart working, debemos considerar diferentes aspectos: tecnológicos, metodológicos, psicológicos y de conciliación, para que todos podamos alcanzar nuestra máxima productividad desde cualquier lugar. La tecnología es quizá el aspecto más sencillo de resolver: implantar herramientas tecnológicas en la nube, accesos a la red corporativa, dispositivos móviles, aplicaciones de videoconferencia, firma electrónica, etc. Todo ello lo suficientemente seguro. No constituyen hoy día un problema difícil de solventar.

Los aspectos metodológicos son quizá los que pueden suponer un mayor cambio en la forma de funcionar de las empresas. Es necesario sustituir viejos hábitos de trabajo por otros más eficientes, tecnológicos y menos vinculados a la presencialidad: archivos digitales y no en papel, reuniones virtuales, uso de CRM, utilización correcta de las herramientas de comunicación (email, chat, teléfono), diseño de flujos de trabajo eficientes y adaptados a la compañía o aprovechamiento corporativo de las redes sociales. Además, pasar de acudir a la oficina un número determinado de horas a trabajar por objetivos y resultados es quizá el mayor reto de muchas organizaciones.

Las organizaciones necesitan desarrollar un correcto liderazgo en la distancia que mantenga la cohesión

Respecto a los aspectos psicológicos, se podría hablar mucho. A fin de cuentas, una empresa no deja de ser una organización de interacción humana, en la que egos, miedos, motivaciones y aspiraciones se encuentran siempre presentes. Aquí hay también regulación y trabajo que hacer. Todavía perdura en muchas organizaciones una cultura jerárquica, donde la importancia de uno se muestra a través de despachos, trajes y diversos privilegios, que dejan de ser visibles cuando uno ya no está en la oficina. Hay también componentes de socialización y de pertenencia que hay que atender. También de conciliación laboral-familiar, estrés, ansiedad, sensación de soledad o aislamiento y falta de pertenencia. Aquí, las organizaciones necesitan desarrollar un correcto liderazgo en la distancia que mantenga la cohesión.

Por todo ello, es fundamental que la empresa proporcione a los trabajadores herramientas de formación suficientes. Si se pretende que el smart working (o cualquier otro tipo de modelo) sea eficiente y productivo, debe tener como base trabajadores cualificados y formados.

Mejora de la productividad

En AVANZO siempre han estado interesados en mejorar la productividad de las personas, por lo que desde hace tiempo desarrollan muchos de sus cursos online atendiendo a esta cuestión dentro del mundo de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, cuentan con cursos relacionados con el manejo de aplicaciones en la nube, como “Cloud Computing” o “Google Drive”; toda una biblioteca de contenidos sobre la transformación digital o un curso sobre la “Desconexión digital”.

Por eso, y sumando a esta trayectoria la necesidad de estos últimos meses de que los trabajadores sean productivos desde cualquier lugar, han creado una nueva biblioteca de contenidos para iniciarse en el smart working. Una colección de seis cursos que inciden en los aspectos tratados anteriormente: “Introducción al smart working”, “Teletrabajar eficazmente”, “Trabajar mediante videoconferencias”, Cómo liderar equipos remotos”, “Ley del teletrabajo”, y “Aspectos psicológicos y de conciliación del teletrabajo”.