El departamento de RRHH está considerado como un socio de negocio estratégico dentro de Kimberly-Clark, compañía que fabrica marcas tan conocidas como Scottex, Kleenex o Huggies. Por este motivo, forma parte del Comité de Dirección y sus políticas se alinean en todo momento con el plan de negocio. Una prueba de ello es que Kimberly-Clark desarrolla desde hace dos años el Global Performance
Management (GPM), un proceso de Revisión del Rendimiento a nivel mundial, pionero y que compromete a todos los niveles
de la organización con el Plan Global de Negocio. Su punto central es que no son valorados únicamente los resultados conseguidos en función de los objetivos establecidos al inicio de año, sino que los comportamientos clave desarrollados para alcanzarlos ocupan un puesto relevante en dicha evaluación. Una de las características principales de este proceso es que proporciona una visión
clara de lo que espera la compañía, tanto de cada equipo como de cada persona, reforzando el diálogo constante entre jefes de equipo y sus miembros, dentro de una cultura que fomenta el respeto y el liderazgo.
En este contexto, RRHH traza planes de carrera profesional para todos los empleados que se incorporan a la compañía y tiene entre sus objetivos principales impulsar el desarrollo de Diversity –a través de lo cual fomenta la
diversidad de su plantilla– así como Work-Life Balance.
K-C estimula la rotación horizontal, implementando su política de broad banding, en la que se fomenta el desarrollo a través de diferentes departamentos, local e internacionalmente, con el objetivo de tener equipos con una perspectiva más amplia del negocio y entorno.