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26/05/2020 El extenso período de teletrabajo vivido por los empleados españoles nos ha llevado a desarrollar ciertos hábitos de trabajo asociados a nuestra personalidad. La consultora especializada en búsqueda y selección de mandos intermedios y directivos, Robert Walters, ha podido identificar tres tipologías de trabajadores en remoto, que explicamos a continuación.
"Es natural que convivan diferentes tipos de personalidades en un mismo ecosistema laboral. El desafío ahora es tratar de comprender qué factores del trabajo en remoto pueden exponer a los profesionales a experiencias de agotamiento, desánimo o aislamiento, y actuar en consecuencia para asegurar la salud y bienestar de cada uno de ellos", explica Marco Laveda, Managing Director Spain & Portugal de Robert Walters.
En su ‘Guía para sobrevivir al Teletrabajo’, la consultora ha identificado los 3 tipos de personalidad que han surgido a raíz del contexto laboral del teletrabajo:
Como su nombre indica, este perfil es adicto al trabajo. Este tipo de empleado se caracteriza por trabajar compulsivamente o más allá de la jornada laboral, sacrificando tiempo de descanso, de ocio o de calidad con su familia, para rendir al máximo a nivel profesional.
A este tipo de profesional le gusta lo que hace, y considera su jornada laboral la base sobre la cual estructurar y diferenciar el resto del día. De manera adicional, algunos workaholics actúan de esta manera porque se sienten obligados a demostrarle a su jefe que su productividad no varía cuando trabaja desde casa.
De acuerdo a Robert Walters, la mayor amenaza para un adicto al trabajo es el agotamiento o el conocido como "síndrome del burn out", derivado de no tomar suficientes descansos, ni disponer de tiempo para interactuar socialmente con nadie. De hecho, si se suman todos estos factores juntos, pueden provocar un grave agotamiento físico y mental.
Como consejo, estos perfiles deben delimitar los límites entre su jornada laboral y vida personal. Para ello, es recomendable crear un entorno específico y exclusivo para teletrabajar; establecer una rutina con un horario fijo/límite para evitar excesos; organizar las prioridades del día para no perder el enfoque; tomar descansos frecuentes; mantener el contacto con los compañeros de trabajo de manera regular; e intentar terminar el día con una actividad fijada de ocio personal como por ejemplo, una sesión de mindfulness o una serie de Netflix.
Si te identificas con este tipo de perfil, desde Robert Walters te proponen seguir este horario orientativo:
A diferencia del perfil anterior, el soñador es un tipo de profesional que se distrae fácilmente durante su jornada laboral por la actividad que se produce en su casa, o porque él mismo la genera dentro de su hogar.
En consecuencia, pasa de ratos de concentración a momentos de gran distracción a lo largo del día. Las diversiones naturales de su mente pueden llevarle a que los proyectos o el trabajo que realiza no coincidan con lo que su responsable espera de él o de ella.
Si sumas estos rasgos de personalidad al contexto del teletrabajo, existe el riesgo de un rendimiento bajo y, en consecuencia, que el profesional pueda sentirse desanimado, ya que para una personalidad soñadora, la repentina falta de estructura en su jornada laboral puede terminar minando o inhibiendo su productividad.
Como consejo, este tipo de personas deben sustituir el tiempo que antes invertían en el traslado a la oficina con una actividad sustitutiva que les sirva de motivación/activación para comenzar el día. Del mismo modo, vestirse contribuirá a que sientan que están en un ambiente profesional.
Mantener otras rutinas y hábitos regulares también les ayudará significativamente a coger el ritmo y a concentrarse en sus tareas. Si como soñador te distrae el silencio o el ruido de tu hogar, poner música de fondo favorecerá tu concentración.
Finalmente, la personalidad soñadora ha de establecerse unos objetivos y un mínimo de tareas a realizar cada día, además de involucrarse en proyectos de equipo que le obliguen a respetar y cumplir plazos determinados de respuesta y entrega de tareas.
Si te identificas con este tipo de perfil, desde Robert Walters te proponen seguir este horario orientativo:
Por último, nos encontramos con el perfil recluso, es decir, las personas que, víctimas de la excesiva comunidad del hogar, prefieren ponerse la misma ropa, evitar al máximo el contacto con sus compañeros de trabajo, y confiar en exceso en la comunicación a través del correo electrónico.
En estos casos, el principal riesgo que experimentan este tipo de personas es el aislamiento. A pesar de que suelen ser profesionales que realizan bien su trabajo y alcanzan los objetivos, pueden experimentar un impacto negativo en su salud mental y bienestar.
Por esta razón, es conveniente potenciar las llamadas telefónicas y las videoconferencias para cualquier asunto que implique escribir más de tres o cuatros líneas de texto; concentrarse en una comunicación de calidad y en participar en las reuniones de equipo, tanto laborales como sociales.
Todo estas acciones ayudarán a mejorar su motivación y sensación de conexión con sus compañeros de trabajo. Finalmente, ayudar a los demás, utilizar el tiempo en casa para aumentar sus habilidades y formación, y ser proactivo a la hora de crear nuevas oportunidades para relacionarse con su equipo, paliarán los efectos negativos de tener una personalidad laboral reclusa.
Luisa Herrera 01/06/2020 a las 22:11
Este artículo está genial no solo te identificas. Te da herramientas ya lo pego en mi closet
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