Revista digital
09/02/2023

Las mujeres españolas, lejos de escalar posiciones en puestos de dirección

Según un estudio de McKinsey & Company
Aunque España ocupa la sexta posición en términos de paridad de género en la Unión Europea, uno de los mayores desafíos consiste en pasar de atraer el talento femenino a elevarlo. Por ejemplo, solo 6 de cada 100 CEOs son mujeres en la empresa en España y solo un 17% de mujeres ocupa el cargo directivo que reporta a la dirección general. Las mujeres consideran que cuentan con menos oportunidades de promoción que los hombres: un 64% de ellas considera que existe igualdad entre ambos géneros en el desarrollo profesional frente al de 76% de hombres. El 79% de empleados de empresas con alto porcentaje de liderazgo femenino se muestran satisfechos con su organización, frente al 65% de satisfacción de empresas con escasa presencia de mujeres en los altos cargos. El 56% de las mujeres considera que ser reconocidas y recompensadas por su trabajo es el factor más importante a la hora de decidir unirse a una organización o permanecer en ella.

Aunque la lucha por eliminar el techo de cristal en el ámbito laboral está más presente que nunca, éste sigue existiendo, especialmente en las posiciones de liderazgo. Según el estudio estudio ‘Women Matter España: Tramos pendientes’, elaborado por McKinsey & Company y en el que han participado 45 empresas que emplean a más de 300.000 personas en España y Portugal, España se sitúa en el sexto puesto en igualdad de género de la Unión Europea (UE), con sólo un 6% de mujeres en posición de dirección general, 17% de mujeres en posiciones N-1 que reportan directamente al CEO y un 33% de consejeras, en comparación con el 8%, 21% y el 31% de la media europea, respectivamente.

 

El informe, que analiza el impacto económico de la diversidad de género a nivel macro y microeconómico y propone medidas para llevar a cabo diferentes mejoras en igualdad en las empresas, señala que las mujeres consideran que cuentan con menos oportunidades de promoción que los hombres, con un 64% de mujeres que ven igualdad entre ambos géneros frente al 76% de hombres. En cuanto a la promoción interna, el 92% de las mujeres considera que avanzar en su carrera es importante, cifra muy similar a la de los hombres (91%), pero su confianza en la igualdad de oportunidades disminuye a lo largo de la carrera profesional. Asimismo, un 85% de las mujeres creen en poder ascender en igualdad de condiciones al comienzo de su trayectoria en empresa, frente al 88% de los hombres, pero un 26% menos confía en ascender por igual después de 5 años de experiencia, frente al 73% masculino. Siguiendo en esta línea y preguntadas sobre sus expectativas de ascender a puestos de alta responsabilidad, el 36% de mujeres aspiran a puestos de posiciones directivas frente al 43% de hombres.

 

Sin embargo, tal y como apunta Gloria Macías, socia de McKinsey & Company y colíder del estudio, “además de los beneficios evidentes en términos de igualdad de género, está demostrado que el liderazgo femenino tiene un impacto positivo en el bienestar de los empleados, ya que las altas directivas ponen un mayor énfasis en el desarrollo profesional del equipo, el acompañamiento a empleados de menor antigüedad, el bienestar de los trabajadores y la flexibilidad laboral. Así lo demuestra este estudio, ya que el 79% de empleados de empresas con alto porcentaje de liderazgo femenino se muestran satisfechos con su organización, frente al 65% de satisfacción de empresas con escasa presencia de mujeres en los altos cargos”.

 

Las claves del impulso del desarrollo profesional femenino

El análisis de McKinsey indica que, para adaptar el panorama actual a las necesidades de desarrollo laboral de las mujeres, es importante tener en cuenta cinco factores clave: la flexibilidad, con medidas como el ajuste de horarios para poder adaptar la productividad a las necesidades de cada empleado; el uso de ejemplos a seguir, demostrando que es posible llevar un estilo de vida sostenible teniendo un alto cargo; el asesoramiento, impulsando programas para que los empleados aprovechen todos los recursos disponibles para un mayor desarrollo laboral; el salario competitivo, que conseguirá atraer y retener el talento; y el reconocimiento, recompensando a los trabajadores por el buen trabajo realizado.

 

Para tener a más mujeres en puestos directivos no hace falta que las empresas lancen muchas iniciativas, sino que se centren en lo que sabemos que funciona: ofrecer oportunidades de desarrollo exigiendo resultados, dar flexibilidad en sentido amplio y apoyar en momentos clave de la carrera profesional, especialmente en ese primer salto a responsabilidades directivas que suele coincidir con la maternidad. Las empresas que tienen ambición, foco de los líderes de negocio e infraestructura logran capitalizar los beneficios de la diversidad”, apunta María del Mar Martínez, socia senior y responsable global de Diversidad, Igualdad e Inclusión (DE&I) en McKinsey & Company.

 

Estas medidas DE&I no son solo elementos de apariencia para la empresa, sino que son factores clave para las empleadas. El 56% de las mujeres considera que ser reconocidas y recompensadas por su trabajo es el factor más importante a la hora de decidir unirse a una organización o permanecer en ella, mientras que el 53% de las mujeres menores de 40 años estarían más interesadas en promocionar a puestos superiores si vieran que los directivos de sus empresas tienen estilos de vida razonables.

 

Con respecto a los top performance en diversidad, el estudio pone de relieve que estas compañías cuentan con un 40% de representación femenina en posiciones de alta dirección. Entre las medidas que aplican se encuentra favorecer un entorno de trabajo inclusivo, solidario y con vocación de ayuda en la conciliación laboral y familiar. Un 80 por ciento de las top performance cuentan con horario flexible, 20 puntos por encima del resto.

 

Las organizaciones que destacan son aquellas que apoyan no solamente la diversidad sino también inclusión, promocionando de manera consistente una cultura de apoyo que incluya aspectos como el bienestar de los empleados. En este sentido ponen en marcha formaciones específicas para integrar el bienestar entre los objetivos de los equipos”, apunta Amaia Noguera, socia de McKinsey & Company y líder de la práctica de personas, organización y performance en España y Portugal. “Al mismo tiempo, la participación de mujeres en programas de mentoría en las compañías con mayor diversidad es el doble que sus pares, casi ocho de cada diez mujeres- un 78% - forman parte de este tipo de programas frente al 37 por ciento del resto”, señala.

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