Marta Isabel Campos,
Estudiante del doble grado en ADE Bilingüe y Derecho
la Universidad Loyola Andalucía
30/04/2018 · Marta Isabel Campos es una apasionada por el derecho y la oratoria, que sabe de la importancia de adquirir habilidades complementarias al mero rigor jurídico, como lo son el liderazgo, el trabajo en equipo o el pensamiento crítico. Prueba de ello son sus actividades extra-académicas, ya que, desde hace un año, es la encargada de coordinar y presidir el club de debate de la Universidad Loyola Andalucía, impartiendo formación en técnicas de oratoria, persuasión y lenguaje no verbal a sus miembros. Además, de participar en torneos de debate y simulaciones universitarias de Naciones Unidas, éste talento colabora en el área de investigación -sobre materias jurídico-filosóficas y de carácter internacional- de la Universidad, y participa en algunos proyectos junto al decano de derecho, Miguel Romero Velasco, como es el caso de la próxima visita al Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo.
Sin duda, me definiría como una trabajadora ambiciosa y constante, siempre en busca de nuevas oportunidades que me enriquezcan tanto a nivel profesional como personal.
Aquellos que me conocen saben que cuando me decido por un objetivo, no desisto hasta conseguirlo, aunque ello suponga diseñar mil rutas alternativas para llegar a la meta fijada.
Desde pequeña tuve una clara vocación por el ámbito jurídico, ya que siempre mostré un gran interés por la actualidad y a menudo tendía a cuestionarme situaciones político-jurídicas inusuales para mi edad. Mis padres, -a los cuales expreso mi más sincero agradecimiento- siempre intentaron potenciar mi pensamiento crítico y mi curiosidad por este campo, a través de técnicas de argumentación y el debate constructivo en casa.
Lo cierto es que, aunque durante mi niñez en ocasiones dichos intereses hicieron que me sintiera diferente en mi entorno, ello también hizo que me esforzara al máximo para aprovechar tal circunstancia y marcar así la diferencia a la hora de escoger mis futuros estudios. Fue por esta razón por la que, tras cumplir los 18 años, decidí apostar por el que sería uno de los grandes retos de mi vida: estudiar el doble grado universitario en Administración y Dirección de Empresas Bilingüe y Derecho. A día de hoy, como alumna de tercer curso, no puedo estar más convencida de que acerté en mi decisión.
Aunque lógicamente me queda mucho por aprender fuera de las aulas, pienso que, en un primer momento, podría aportar tanto mi constancia y cooperatividad en el trabajo como mi instinto de superación personal y adaptación al cambio.
Si bien es cierto que tendría que hacer un juicio de valor mucho más exhaustivo ponderando otras variables igual de relevantes para el puesto, considero que a día de hoy siempre priorizaría:
Desde mi perspectiva, las peores características que podría poseer una empresa serían:
Normalmente, suelo hacer uso de redes sociales como Linkedin, el portal de ofertas de prácticas de mi universidad y las jornadas informativas de los departamentos de recursos humanos de las distintas empresas interesadas en la captación de talento joven en mi centro educativo. Todo ello sin dejar atrás mi red de contactos más próxima -la que al fin y al cabo mejor me conoce- que me mantiene informada de futuros procesos de selección acordes con mi perfil y características personales y profesionales.
Si hay algo que he aprendido en mi trayectoria universitaria es a no subestimar nunca el poder del tiempo y a mis posibilidades. Ciertamente, considero que, aunque la vida puede ser impredecible y siempre hay que mantener la cabeza sobre los hombros, los límites a nuestras proyecciones personales no dejan de ser una barrera que nuestras propias inseguridades tienden a imponernos. Y es precisamente en el momento en el que te das cuenta de que la única 'piedra' lo suficiente grande como para obstaculizar tu camino hacia la meta eres tú y tu esfuerzo, cuando te vuelves inconformista por naturaleza y sientes que cualquier objetivo es asequible con una actitud adecuada y un progreso diario.
Es por ello que, aunque en términos concretos aún no tengo demasiado definido mi futuro a largo plazo, sí tengo bastante claro que mi gran sueño sería dedicarme al arbitraje internacional o la asesoría jurídica de empresa, prestando mis servicios a algún despacho o área legal de alguna gran firma.
He de confesar que, ante la gran competitividad del mercado, tanto a nivel nacional como internacional, me resulta altamente difícil seleccionar a tan reducido listado de empresas. No obstante, atendiendo a criterios objetivos, personalmente escogería:
Lo cierto es que, al encontrarme actualmente en búsqueda activa de prácticas para los meses de verano y siguientes, en el último mes, he encontrado especialmente útil la plataforma de Linkedin para establecer un primer contacto con las empresas que me resultaban de interés.
En mi humilde opinión, quizá sería buena la incorporación, por parte de las empresas, de planes de formación más exhaustivos, así como la oferta de una mayor conciliación académica-laboral para aquellos que continuamos realizando nuestros estudios.
La diferenciación. Hoy en día, no es ningún secreto para los universitarios españoles que nos encontramos en un mercado laboral competitivo, donde ya no sólo prima la mera realización de unos estudios superiores.
En este sentido, a mi parecer, resulta esencial adquirir otras habilidades más prácticas para el ejercicio de nuestras futuras profesiones, como así son las dotes de liderazgo, la oratoria y la creación de una marca personal que nos distinga.
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