Paula Otero,
Estudiante de Administración de Empresas y Relaciones Internacionales en
Saint Louis University - Madrid Campus
20/11/2018 · Creativa, dinámica y con una habilidad innata para transmitir conocimiento y optimismo. Así es Paula Otero una joven estudiante de Administración de Empresas y Relaciones Internacionales que sueña con dar el salto a otros países, a fin de lograr uno de sus muchos sueños: tener una empresa propia. Sin embargo, tal y como ella misma afirma, lo bueno que tiene el futuro es que siempre puede cambiar, por lo que no rechaza ninguna opción. Lo que sí tiene claro es que el crecimiento personal y profesional es clave para el éxito y, por ello, siempre ha aprovechado cada oportunidad que se la ha presentado, desde colaborar con varias entidades sociales hasta trabajar para la Embajada británica en España o como investigadora a tiempo parcial para la Universidad Torcuato Di Tella. De hecho, incluso ha actuado como formadora voluntaria en su propia Universidad, donde ha ayudado en su adaptación a nuestro país a grupos de estudiantes estadounidenses, a los cuales ha llegado hasta a dar clases de español.
Nacida en una familia española, amantes del aperitivo de los domingos y de las sobremesas eternas, me considero como una chica normal con inquietudes no tan normales. Desde bien pequeña, freía a preguntas a mi familia y a mis profesores sobre el porqué de las cosas (estudios, política, economía, las injusticias sociales); y cuando seguía sin entender algo, leía hasta que daba con la explicación. La curiosidad creció al mismo tiempo que yo lo hacía, y hoy en día sigo siendo esa persona a la que las injusticias y sus soluciones le quitan el sueño en más de una ocasión.
Supongo que venir de una familia de emprendedores donde debatir sobre política, economía o la vida en general es algo muy cotidiano, siempre me ha empujado a interesarme por la política y los negocios. He disfrutado muchísimo las dos carreras, creo que me han aportado mucho de lo que soy. Pero, si ahora volviera a mi yo de 18 años, seguramente le diría: “Haz una ingeniería en matemáticas”.
Soy consciente de que el mercado laboral está lleno de recién graduados que, como yo, especialmente viniendo de ADE, estan dispuestos a comerse el mundo. Eso es algo que me alegra, puesto que pone fin al tópico de que “todos los jóvenes somos ni-nis”. Personalmente, creo que puedo aportar mucha proactividad y positividad. Me encanta estar haciendo cosas constantemente, no paro quieta; y los que me conocen siempre dicen que soy pura alegría juvenil.
Recomendaciones, artículos en presa empresarial, LinkedIn, un proyecto atractivo con el que me haya cruzado por casualidad…
En cuanto al sector, no sabría decir. No obstante, me visualizo montando una empresa o trabajando en otro país, como Canadá, Portugal o Chile. Quién sabe. Siempre buscaré hacer algo que me motive. Obviamente, no me veo pisando la luna, pero me gustaría averiguar hasta dónde puedo llegar.
Vortal, Inditex o Bayer. Considero que son empresas líderes en sus sectores, innovadoras, y con un know-how incalculable.
Algunos. Sobre todo gracias a las conferencias a las que he asistido en la universidad o a través de haber trabajado conjuntamente con gente en diferentes proyectos durante mis casi dos años de experiencia laboral.
Creo que las empresas deberían, como hacen por ejemplo en la Embajada Británica, ver a los jóvenes como una pizca de aire fresco. La juventud siempre es inquieta, busca innovar; y si la juntas con la sabiduría y el buen hacer de la experiencia, te sale el mix que se necesita hoy en día. Necesitamos ser cautos con el riesgo, pero también ser valientes para dar el primer paso y liderar nuestro mercado. Aquella empresa que consiga hacer esto, tiene la pócima mágica de Asterix y Obelix.
Creo que mi generación en general tenemos que hacer un poco de examen de humildad. Muchos creemos que por tener una carrera ya vamos a llegar al mundo laboral y vamos a saber hacer todo, cuando en realidad, no hay nada más inteligente que saber escuchar.
Tenemos que enseñarles a los futuros empleadores que somos esponjas en continua absorción, capaces de comernos el mundo sin que nos pueda la desidia y la distracción de tenerlo todo al minuto. Por lo general, nos gusta mucho la inmediatez, nos frustramos con facilidad; mientras que olvidamos que las grandes personalidades se han ido forjando tras muchos años de fracasos. El mejor ejemplo es Steve Jobs.