Susana Ferrín,
Graduada del doble grado de Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación en la
Universidad Pontificia Comillas
07/06/2018 · Tras licenciarse en Derecho en la Universidad de Westminster (Londres) y graduarse en el doble grado de Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación de la Universidad Pontificia Comillas, Susana Ferrín tuvo claro cual era su camino, el cual le llevó a ser analista internacional y una futura abogada. Para ello, además de la formación tradicional, realizó prácticas profesionales en el Departamento de Educación de la Embajada de España en Washington D.C., en el Departamento de Public Affairs (relaciones institucionales), en el Departamento de Reputación e Intangibles de la consultora sueca Kreab Iberia en Madrid, y en el Departamento de Traducción del despacho británico-australiano Herbert Smith Freehills, en su sede de Madrid.
Me considero una persona constante y determinada a cumplir con mis objetivos y convicciones, tanto personales como académicos. Creo que todo esfuerzo tiene su recompensa y las tres “P” son lo que mejor me definen: perfeccionista, pragmática y persona.
También creo que la clave para ser un buen profesional reside en ser mejor persona. Esto se ve reflejado en la forma en el que el individuo se enfrenta a los diversos obstáculos o desafíos que el entorno laboral, o en mi caso en la actualidad, académico, presentan de forma diaria.
Tras haber estudiado un doble grado de cinco años en Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación, considero que la dimensión jurídica posee un papel fundamental a la hora de entender el escenario internacional. Las leyes constituyen el reflejo de las sociedad, y por lo tanto, como analista internacional, decidí cursar estudios en derecho para poder enriquecer mis conocimientos, aportando una perspectiva jurídica.
Una mente joven, preparada, proactiva y determinada, con una significativa experiencia profesional nacional e internacional, dispuesta a tener un impacto positivo en la sociedad.
Además, como queda bien recogido en la expresión inglesa “going up the ladder”, siempre en un ambiente de trabajo agradable.
Actualmente, las organizaciones internacionales (ONU, EU…) y las empresas anuncian sus puestos vacantes en sus páginas web. No obstante, las redes sociales como linkedin y las bolsas de empleo de las universidades constituyen herramientas muy útiles. El profesorado o previos empleadores también constituyen un canal de información muy interesante que conviene mantener abierto.
Dentro de cinco años, me gustaría estar trabajando en un despacho de abogados internacional o en un organismo internacional.
No obstante, me gustaría trabajar en la Corte Internacional de Justicia de la ONU, la Corte Penal Internacional o en el Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea porque proporcionan oportunidad de crecimiento, estabilidad y los empleados comparten los objetivos.
Considero que en cualquier ámbito poseer conocimientos teóricos es fundamental. Sin embargo, las prácticas, siempre y cuando sean bajo unas condiciones adecuadas, son un método maravilloso de entrar en contacto con el mercado laboral. Por ello, a lo largo de la carrera, realicé prácticas en el Departamento de Educación de la Embajada de España en Washington D.C., en el Departamento de Public Affairs (relaciones institucionales). También en el Departamento de Reputación e Intangibles de la consultora sueca Kreab Iberia en Madrid, y en el Departamento de Traducción del despacho británico-australiano Herbert Smith Freehills, en su sede de Madrid.
Creo que el mercado laboral español se enfrenta a un constante proceso de adaptación, y que las oportunidades de empleo con respecto a los jóvenes talentos están y deben continuar creciendo exponencialmente. El aprendizaje no solo debería tener lugar en las aulas, sino también en las oficinas. Por ello, considero que las empresas deberían incrementar su oferta de prácticas remuneradas para atraer al talento joven. Se deberían establecer convenios entre las Universidades, Empresas y las Administraciones públicas, para captar, potenciar y valorar al estudiante con hablidades especiales, “talento”.
Desde mi perspectiva, los jóvenes deben ser capaces de demostrar su interés por el aprendizaje, y su incansable motivación. No sirve de nada tener oportunidades o una buena formación, si no estamos dispuestos a aprender y mejorar día a día. La transmisión de este mensaje constituye el primer reto. Además, en la sociedad intercultural y globalizada en la que vivimos, el dominio de al menos dos idiomas es necesario, porque no solo establece un puente de comunicación con otro mundo, sino que abre la mente del estudiante o trabajador.
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