16/10/2017 · En esta era hiperconectada, los expertos debaten en si es necesario aplicar medidas como la de Francia, que invita a la desconexión de los empleados de las empresas francesas para mejorar el bienestar laboral y fomentar un mejor uso del tiempo disponible. Sin embargo, otros apuntan a que no es la única medida que ayudaría a mejorar el rendimiento en el trabajo.
Aprender a organizar las tareas en función del tiempo que se dispone, conlleva aumentar la eficacia laboral en términos de productividad. Así lo revela un artículo publicado en Michael Page, el cual ha revelado las 10 claves que permiten lograrlo:
Evitar el multitasking. Realizar varias tareas al mismo tiempo hace descender la concentración que es necesaria destinar a cada una de ellas para lograr descender su duración de ejecución.
Cuidar el entorno de trabajo. Hay que evitar los espacios que impulsen la desconcentración. El orden es clave en ello, pero también el uso que se le da a la tecnología. Por ello, desde Michael Page recomiendan apagar los móviles o establecer un tiempo determinado a revisar el correo.
Limitar los plazos. Asimismo, es recomendable poner un límite temporal a las tareas, determinando cuáles son las prioritarias y qué tiempo se necesitará para cada una de ellas.
Crear grupos de tareas similares y sistematízarlas. Se trata de que si, por ejemplo, hay que realizar una serie de llamadas, efectuarlas todas en un mismo periodo de tiempo, para evitar distracciones o desplazamientos innecesarios, según el caso. De este modo de generará una rutina eficiente.
Priorizar. Dicen los expertos que aquellas tareas que son más pesadas es mejor realizarlas al principio de la jornada, dado que es el momento en el que se dispone de más energía y, además, quedará el resto del día para dedicarse a aquellas que no necesitan de tanto esfuerzo mental.
Reaccionar rápido a los imprevistos. Siempre surgen cosas que pueden interrumpir la rutina diaria. En este caso, hay que abarcar las situaciones imprevistas en el menor tiempo posible.
Evitar el perfeccionismo. Alargar el tiempo enfocándose en los detalles supone una pérdida de tiempo que no tiene por qué ser siempre sinónimo de mejora.
Aprovechar los recursos y herramientas al alcance. Afortunadamente, la tecnología brinda muchas aplicaciones que se pueden aprovechar para ser mucho más eficiente. Por ejemplo, un calendario o agenda on-line, alojamiento en la nube de tus archivos, plantillas para gestión de proyectos, etc.
Reservar espacios de tiempo para planificar y organizar. Desde Michael Page recomiendan hacer un seguimiento de lo realizado, de lo que aún se tiene pendiente, de lo que haya ido surgiendo por el camino. Esto requerirá tener que replanificar y reorganizar, pero también una mejora del tiempo que se dedica a cada una de las tareas.
Reconocer la curva de energía y mantenerse en forma. Es importante identificar en qué momento se rinde mejor, así como llevar una vida sana para que las energías no decaigan a media jornada.