5 consejos para delegar el trabajo y repartir las tareas equitativamente

Liane Davey, cofundadora de 3COze Inc., explica en un artículo publicado por Harvard Business Review, lo complejo que resulta la gestión de un equipo. "Como mánager, piensas en qué les importa a nuestros clientes y accionistas; cómo se pueden lograr los mejores resultados; cómo hacerlo de una manera que no queme a mi gente; cómo utilizar los recursos de manera sabia; y cómo sacar más de mis recursos de rendimiento subóptimo", afirma.

Además de ello, un desigual reparto de tareas contribuye a un empeoramiento del ambiente laboral, tal y como reconoce al medio la experta en productividad, Julie Morgenstern. "Si sobrecargas a tu gente de mayor rendimiento, la perderás porque empezará a resentirse por hacer más que los demás", señala. Y, "si quitas trabajo a gente más lenta, perderá interés", añade.

En esta línea, el artículo expone una serie de estrategias que permiten repartir la carga de trabajo de forma equitativa:

1. Disponer de un plan. Morgenstern recomienda reservar una o dos horas al final de cada semana para "estrategias y revisión de delegación", fijando los objetivos que se buscan alcanzar, las personas más adecuadas para llevarlo a cabo y los recursos que se necesitan para desarrollar las tareas. Sin un plan, Davey asegura que "los managers harán lo que resulta fácil a corto plazo”, apostar por el profesional con más potencial, impidiendo que otros puedan aprender a hacer esas tareas e impidiendo el desarrollo global del equipo.
2. Definir los roles del equipo. "Cada persona es un actor y, cuanto más claro sean sus roles y responsabilidades, más fácil resultará asignar tareas, revisar el trabajo y exigir la excelencia", afirma Morgenstern. En esta línea, sugiere hacer una lista de todo el trabajo que ha de ejecutarse y después asignar las tareas en base a la función, posición y fuerzas específicas de cada trabajador. "Coloque las tareas que no correspondan a ningún rol específico en una lista y después averigüe, con la ayuda de su equipo, cómo abordarlas”, matiza.
3. Fijar expectativas. "Tiene que haber un valor claramente articulado y repetido que todos deberían estar aportando equitativamente sus talentos, capacidades y energías", indica Morgenstern. "Es importante asegurarse de que sus empleados entiendan que no iguala horas con productividad", destaca Davey, al tiempo que explica la importancia de alabar abiertamente el rendimiento, al margen de las horas empleadas.
4. Comunicación y feedback. "Tiene que reservar tiempo para conversaciones individuales", afirma Morgenstern. “Considere estas conversaciones como una oportunidad de hablar con los miembros de su equipo sobre sus objetivos profesionales, recopilar conocimientos sobre la dinámica del equipo y resolver problemas”.
5. Ser flexible. Davey concluye explicando una de las muchas situaciones que se puede producir. Según detalla, hay momentos en los que se puede tener en cuenta cómo se distribuye la carga de trabajo, pero hay otras en las que los plazos impedirán ser “justo”. Además, señala que la carga de trabajo no es estática.

Por todo ello se recomienda dedicar un tiempo a pensar en la estrategia, hacer una lista de las tareas a realizar y asignarlas en función del rol, posición y fuerzas de los miembros de su equipo, al tiempo que se trabaja en una cultura organizativa en la que la productividad se valora por encima del tiempo trabajado.