30/11/2018 · La era digital en la que las organizaciones operan hoy día, ha generado que el entorno de trabajo actual cambie, así como muchos de los procesos que llevan a cabo las empresas. Esto ha derivado en un incremento en la importancia del aprendizaje continuo, el cual camina en una dualidad: ser lo suficientemente especializado para hacer que los profesionales sean experto en el manejo de las nuevas disciplinas tecnológicas, al tiempo que se abre dicha formación a la adquisición de habilidades más transversales, que serán -junto a las técnicas, en determinados puestos- las que revalidarán la posición humana dentro de un sistema de trabajo cada vez más tecnológico, robotizado y automatizado.
En un momento en el que la Comisión Europea ha revelado que el 40% de las empresas en Europa no encuentran trabajadores con el perfil adecuado, la formación es ahora más que nunca la puerta de entrada a un empleo y uno de los pocos factores que están permitiendo garantizar la empleabilidad futura a los profesionales.
No obstante, dicho aprendizaje no solo se refiere a la adquisición de conocimientos, los cuales deberán estar relacionados con el manejo y buen uso de las nuevas tecnologías, permitiendo así sacarles el mayor partido, así como habilidades transversales ligadas a la comunicación, trabajo en equipo o el liderazgo, sino que también se refiere a una actitud más general que es la que llevará al profesional a ser más creativo e innovador, dos cualidades altamente valoradas por las empresas hoy día.
Y es que si algo ha traído consigo la era tecnológica es incertidumbre y cambio constante. Dos elementos que son de difícil gestión y que requieren altas dosis de adaptación por parte de empresas y trabajadores. Prueba de ello es que algunos estudios apuntan a que, antes de 2020, se habrán creado dos millones de puestos de trabajo que aún son desconocidos, mientras que otros revelan que, fruto de la automatización, para el año 2030, podrían llegar a desaparecer hasta 2.000 millones de empleos en todo el mundo.
Estas dos posiciones, una más optimista que la otra, viene a concluir lo mismo: la transformación hará -como ya lo está haciendo- que todo el ecosistema de trabajo deba adaptarse a las nuevas tendencias, tratando de minimizar lo más que se pueda el impacto negativo que puedan tener sobre el empleo o la productividad. Esto implica que los profesionales deban reinventar sus perfiles y adaptarse a las nuevas demandas que tendrán las empresas, fruto del cambio en los negocios.
Pero, ¿cuáles son esos perfiles? Los expertos de The Valley Talent, headhunters especializados en la búsqueda de talento digital, han revelado los seis perfiles que serán claves en 2019 y que, debido a su escasez, resultarán altamente demandados por las compañías, recrudeciendo así la llamada ‘guerra por el talento’ que ya existe en el mercado.