La demanda de teletrabajo ya no distingue entre edades y generaciones

Tras analizar los datos incluidos en el Randstad Workmonitor, elaborado a partir de las respuestas de más de 13.500 profesionales ocupados, pertenecientes a 33 países distintos, Randstad  ha confirmado el creciente deseo que los trabajadores tienen a la hora de teletrabajar. De hecho, en el caso de España, cerca del 70% (en concreto el 68,6%) de los empleados consultados declara tener esta aspiración, lo cual pone de relieve la importancia de que las empresas comiencen a invertir en nuevos sistemas de trabajo que permitan cumplir con las expectativas del talento y evitar así su fuga de la organización.

Sin embargo, los datos recogidos por Randstad revelan algo más, y es que la preferencia por el teletrabajo ha dejado de ser una cuestión generacional. “A pesar de que en muchas ocasiones se considera el teletrabajo una demanda habitual entre los más jóvenes, la investigación de los resultados de Randstad Workmonitor desvela que no es del todo cierto”, reconocen fuentes de la compañía experta en recursos humanos.

En este sentido, Randstad revela que, por grupos de edad, los que más solicitan este tipo de medidas son los empleados de entre 25 y 45 años, en concreto el 78% de ellos. A continuación se sitúan los trabajadores menores de 25 años (64%), y, por último, los mayores de 45 años (58%).

Pero las conclusiones fruto del Randstad Workmonitor van más allá y evidencian el problema que van a tener que empezar a solucionar las compañías a nivel mundial: el impulso de oportunidades reales para teletrabajar, dado que casi siete de cada diez empresas mantienen actualmente la metodología “tradicional” de trabajo.

Este dato contrasta con los deseos de los empleados, ya que, el 68,6% de los profesionales desearía poder trabajar desde su casa u otro lugar, aunque su empresa no se lo permite y pese a que el 57,5% de los ocupados cree que en su empleo actual dispone de todo lo necesario para poder teletrabajar.

En esta línea, los profesionales que más quieren teletrabajar pero no pueden se encuentran en los países del sur de Europa. Grecia, Portugal, Italia y España tienen tasas de entre el 75% y el 69%. Le siguen Francia (64%) y Reino Unido (61%), y a continuación, por debajo de la media europea, Luxemburgo (60%), Bélgica (57%) Alemania, Dinamarca (52%), Noruega (51%), Países Bajos (48%) y, por último, Austria (47%).

Asimismo, fuera de las fronteras europeas, China es el país con la tasa más elevada de profesionales que no pueden teletrabajar (71%). A continuación, se encuentra Estados Unidos (66%) y, con menores índices, Japón (60%) y Australia (55%).

“El teletrabajo ocasional debería verse como una opción beneficiosa para todas las partes: para el profesional porque le posibilita ser más eficiente a la hora de llevar a cabo su actividad y le produce ahorros en tiempos improductivos (desplazamientos, ineficiencias en el lugar de trabajo e incluso reuniones más cortas); y para la empresa, porque la satisfacción de sus empleados redunda en mejores ratios de eficacia, lo que mejora los resultados de su negocio”, explica Miguel Valdivieso, director de Randstad Human Capital Consulting.

Valdivieso señala asimismo que “contar con medidas de teletrabajo y flexibilidad tiene un efecto directo en la satisfacción de los empleados”. De hecho, la conciliación entre trabajo y vida personal es el segundo factor más valorado por los profesionales para elegir una empresa en la que trabajar, según el Informe Randstad Employer Brand 2018.