11/03/2019 · Pese a que el impacto que el desarrollo tecnológico tendrá en el mercado de trabajo aún es una incógnita, hay quienes ya se atreven a anticipar un auténtico seísmo que hará temblar los pilares sobre los que se había sustentado el empleo hasta ahora. Esto es así debido a la escasez que ya existe en la actualidad de determinados perfiles profesionales pero, sobre todo, por todos esos puestos de trabajo que aparecerán en los próximos años y que puede agrandar aún más la brecha que hay en materia de talento.
Según publica el Foro Económico Mundial, la “industria de la ciberseguridad se enfrenta a una crisis de empleo” y, de hecho, publica algunas de las últimas estimaciones que se han dado a conocer y que indican que, para 2022, harán falta 3,5 millones de profesionales de expertos en seguridad digital. Una alta demanda que apenas cuenta con una oferta que la sustente y que, según el artículo del WEF (por sus siglas en inglés) está provocando que los salarios dentro de esta área se disparen, “con puestos de analista de nivel de posgrado en los Estados Unidos que alcanzan los 100.000 dólares por año, los más altos de todas las profesiones”.
Este es tan solo un ejemplo de cómo la “cuarta revolución industrial” -tal y como muchos expertos han empezado a llamar a esta transición hacia la era digital, donde la robótica y la automatización son sus principales impulsoras- está cambiando el mundo laboral, generando nuevas necesidades de talento que, no obstante, deberán adquirir competencias sociales, ligadas al liderazgo, la comunicación o la empatía. De hecho, según recoge el propio Foro Económico Mundial en su informe sobre el futuro del empleo, “casi todos los estados con tecnología avanzada del mundo están buscando cómo cubrir esta escasez de habilidades”.
De esta forma, el estudio pone de relieve cómo la adquisición de habilidades blandas claves serán fundamentales para, por un lado, suplir las carencias que la propia tecnología tiene en este sentido y, por otro, revalidar el papel y la función que las personas cumplen dentro de este proceso que camina hacia una mayor automatización de muchos de los procesos que llevan a cabo las compañías. En este sentido, el WEF destaca cuatro habilidades claves que todo profesional deberá tener en el futuro
Según el Foro Económico Mundial, aunque la ciberseguridad todavía es un proceso relativamente manual, “cualquier centro de operaciones de seguridad tiene una larga lista de procesos y acciones que busca automatizar”. No obstante, los profesionales del sector pueden seguir despuntando en esta área si logran trabajar su creatividad, apoyados por la organización, de forma que dediquen tiempo y esfuerzo a investigar nuevas maneras de implementar la tecnología, así como a “pensar en nuevos casos de uso de la seguridad, y nuevas formas de detectar, investigar y atribuir amenazas”.
Las empresas van a necesitar mantenerse al día de las nuevas normativas sobre privacidad y uso de datos, así como en seguridad de los mismos. De ahí que según el WEF, “los desafíos mundiales más difíciles de la ciberseguridad” estén relacionados hoy en día con saber “en navegar por un entorno legal y regulatorio cada vez más complejo, al tiempo que se promueven las condiciones óptimas para la innovación y la colaboración transfronteriza contra las amenazas”. Por ello, los profesionales expertos en la gestión y protección de datos sean claves, así como también lo es y será la correcta coordinación de la “colaboración internacional de las políticas y los bloqueos”, tal y como se expuso durante la reciente Reunión Anual del Centro para la Seguridad Cibernética del Foro Económico Mundial.
Los líderes cibernéticos “deberán equilibrar la comprensión de los sistemas técnicos cada vez más complejos y la forma en que interactúan con los usuarios, con la gestión de una fuerza laboral mundial cada vez más diversa que opera en los mercados y culturas locales”, la cual estará compuesta por “personas que poseen una gama muy variada de habilidades y aptitudes”, según el WEF, que en su artículo también apunta: “Los gerentes de seguridad cibernética deberán respaldar formas de trabajo que saquen lo mejor de su personal técnico, al tiempo que se deberán involucrar en múltiples niveles empresariales, a medida que la seguridad se integra cada vez más en toda la organización”.
Finalmente, el Foro Económico Mundial indica que la inteligencia artificial ofensiva complicará aún más la investigación del delito cibernético. De ahí que, los expertos aseguren que “ser capaz de pensar críticamente acerca de cómo los delincuentes utilizarán los nuevos sistemas técnicos para realizar ataques, y por lo tanto, qué asociaciones y análisis se necesitan para poder defenderse y, en última instancia, enjuiciarlos, requerirá un enfoque claramente humano”.