29/04/2019 · A las puertas de la tercera década del siglo XXI, parece obligado esperar una evolución, sustancial y cualitativa, en todos los retos sociales, particularmente en los que atañen a la igualdad de oportunidades entre todas las personas. En esta coyuntura, la Fundación Adecco ha encuestado a 800 trabajadores, entre 18 y 66 años, con el objetivo de evaluar el grado de inclusión y de normalización de la discapacidad en la sociedad contemporánea, identificando factores que perpetúan la discriminación y lastran el avance hacia una sociedad libre de barreras.
El informe “Discapacidad y Relaciones Sociales" revela que el reto de la plena inclusión de las personas con discapacidad preocupa "bastante" a más de la mitad de los encuestados (58%) por la Fundación Adecco. No obstante, aunque se trata de un porcentaje elevado, los autores del estudio señalan que todavía hay casi 6 de cada 10 encuestados que opina que es un tema importante, pero que existen otros asuntos prioritarios, mientras que un 15% admite que es un reto que no está entre sus principales preocupaciones, otorgándole “poca” importancia, por considerar que existen problemas mucho más importantes por resolver.
Por otro lado, los datos indican que si bien cada año se cierra con cifras récord en la contratación de personas con discapacidad, su participación en el mercado laboral no parece experimentar variaciones significativas, manteniéndose su tasa de actividad en torno al 35% durante la última década; es decir, un mayoritario 65% de las que tienen edad laboral no tiene empleo ni lo busca.
Asimismo, el crecimiento de la contratación se produce fundamentalmente en el ámbito del empleo protegido (Centros Especiales de Empleo, CEE): más de 7 de cada 10 contratos se suscriben bajo esta modalidad, es decir, entornos laborales en los que el 70% de la plantilla tiene algún tipo de discapacidad.
Este hecho se produce “a pesar de que la ley concibe esta alternativa como un trampolín hacia la empresa ordinaria, que en la práctica se convierte en un fin en lugar de en un medio”, destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, que fija el reto en "establecer, en los CEE, indicadores cuantificables de tránsito hacia el empleo ordinario; de lo contrario, se corre el riesgo de que se perpetúen como una opción permanente, que choque con el cumplimiento legal, en lugar de constituir una excepcionalidad temporal”.
Asi lo constatan, de hecho, las cifras: el 75% de los trabajadores encuestados nunca ha tenido compañeros de trabajo con discapacidad o, al menos, no ha sido consciente de ello. Al respecto Mesonero señala que “la discapacidad continúa infrarrepresentada en las empresas y ello frena su normalización en la sociedad; de hecho, la inclusión social nunca será plena sin inclusión laboral".
En esta línea, el directivo destaca como "la mayor convivencia e interacción entre personas con y sin discapacidad en las empresas contribuiría de forma decisiva a la erradicación de prejuicios y estereotipos muy arraigados en el imaginario social". "La apuesta por el voluntariado corporativo constituye un valioso recurso para acercar la discapacidad a las empresas, en la medida en que genera empatía, compañerismo e intercambio de valores entre los trabajadores y las personas con discapacidad", añade.
A este respecto, también influye otra circunstancia: el desconocimiento. Las respuestas de la encuesta arrojan que existe una gran desinformación en torno al concepto discapacidad. La mayoría de los encuestados la asocia únicamente con las condiciones más visibles y evidentes, sin tener en cuenta que existen ciertas patologías, orgánicas o psicológicas- como las cardiopatías o depresiones- que pueden ser también discapacitantes. De este modo, los trabajadores pueden tener compañeros con discapacidad sin ser conscientes de ello.
La existencia de prejuicios, estigmas y discriminación en la sociedad es otra de las grandes causas que frenan el acceso de la discapacidad al mundo empresarial. Así, la discapacidad también se encuentra infrarrepresentada en el ámbito de las relaciones personales. Para empezar, no está presente en los círculos de ocio de las personas: el 88% manifiesta no tener ningún amigo o allegado con discapacidad. En la misma línea, es significativo cómo un 43% admite sentir cierta incomodidad cuando se relaciona con personas con discapacidad, por temor a decir o hacer algo que pueda importunar.
A la luz de las respuestas, queda patente la presencia de valores obsoletos, muy alejados del ideal de inclusión. Por ejemplo, la creencia de que las personas con discapacidad solo trabajan porque hay una ley que les ampara o que su absentismo laboral siempre es mayor. En la misma línea, pero en el lado opuesto, existe la tendencia a heroizar a las personas con discapacidad, cuestión que también se aleja de la normalización.
¿Qué hay detrás de estas creencias y actitudes? La Fundación Adecco ha identificado cuatro factores clave de discriminación, que se convierten en frenos hacia la plena inclusión de las personas con discapacidad: ausencia de conocimiento y experiencias con personas con discapacidad que ocasionan inseguridad y actitudes discriminatorias inconscientes; indiferencia y actitud de pasividad hacia discapacidad que les convierte en invisibles; prejuicios basados en la tradición y los estereotipos que provocan una estimación superficial; y sobreprotección, que limitan sus oportunidades de desarrollo. En esta línea, también se han dado a conocer 10 recomendaciones para eliminarlos
los discapacitados estamos DESTROZADOS SOCIALMENTE POR la sociedad e incluso en nuestras familias somos un cero a la izquierda y solo se nos quiere si hay una ganancia de algun tipo por medio ,pero estamos tachados de todo...