16/07/2019 · En plena era tecnológica, con muchas empresas transformándose cultural y digitalmente para lograr superar con éxito los retos que el actual contexto VUCA plantea, los profesionales de recursos humanos han comenzado a analizar y dar valor durante el reclutamiento a una serie de factores que, hasta ahora, habían permanecido en un segundo plano. Así las llamadas soft skills o habilidades blandas son tenidas en cuenta durante la evaluación de los candidatos igual o más que lo son sus conocimientos técnicos.
A pesar de que muchas operaciones en la actualidad suceden en la esfera virtual y aunque las redes sociales hayan transformado la forma en la que las personas se comunican y relacionan, habilidades como la capacidad para colaborar, cooperar y trabajar en equipo son a menudo citadas entre los requisitos que se les pide cumplir a los candidatos, en las ofertas de trabajo actuales. Eso sí, se trata de una soft skill que ahora es valorada desde una perspectiva diferente.
A medida que el ecosistema de trabajo se amplía, incorporando nuevos perfiles profesionales como los trabajadores por cuenta propia o freelance o su evolución: los llamados ‘knowmads’ o ‘nómadas del conocimiento’; así como los ‘e-nomads’, más hiperconectados que los anteriores y sin un territorio fijo para trabajar; o los ‘golden workers’, profesionales sénior que ya se plantean una segunda carrera, por citar algunos, la forma en la que se colabora cambia, necesitando talento capaz de hacerlo de forma telemática y coordinada.
De este modo, se suman a la lista otra serie de habilidades ligadas a la anterior como la capacidad para hacer networking o de emplear eficientemente las herramientas de comunicación online, cuyo conocimiento debe ir más allá del uso del sistema, abarcando así la forma en la que se emplea, atendiendo a parámetros como la comunicación. Precisamente esta es otra de las soft skill más citadas por los reclutadores: la capacidad para escuchar y transmitir mensajes a otros, independientemente del canal, aunque teniendo claro que la tecnología casi siempre estará presente, puesto que hasta las entrevistas de trabajo ya comienzan a ser realizadas en streamming, por videoconferencia, o en diferido.
Otras habilidades que comienzan a ser claves es el liderazgo o la orientación al logro, tal y como aseguran desde Forbes en un artículo, donde se hacen eco de los resultados de una encuesta llevada a cabo por LinkedIn en más de 5.000 profesionales, a principios de este año. Así, en el informe ‘LinkedIn Global Talent Trends 2019’, la red social destacaba cómo para el 92% de los profesionales del talento, las habilidades blandas son tan importantes o más que los conocimientos técnicos, mientras que casi el 90% cree que las malas contrataciones suelen serlo, en parte, porque carecen de este tipo de habilidades.
Sin embargo, el informe advierte que, pese a su creciente importancia, la mayoría de las empresas aún tienen dificultades para evaluarlas con precisión, y solo el 41% cuenta con un proceso formal para medirlas. De hecho, esta creciente desconexión entre la demanda de habilidades blandas y la incapacidad para identificarlas por parte de las organizaciones está llegando a un punto de inflexión. En este sentido, LinkedIn destaca que algunas empresas están comenzando a tomar en serio su evaluación y a estandarizar sus evaluaciones, probar enfoques poco ortodoxos y a recurrir a soluciones tecnológicas, basadas en inteligencia artificial.
Por ello es incoherente que en los ciclos formativos de FP LOE-LOMCE se haya suprimido el módulo de Relaciones en el entorno de trabajo impartido que desarrollaba y fomentaba todas estas habilidades sociales. Hay que reformar la normativa de los currículos de los ciclos y recuperarlo.