04/09/2020 · Desde hace tiempo ya son muchos los países que están realizando avances importante en materia de igualdad e inclusión de personas, gracias tanto a reformas legales como a cambios de la actitud social. Sin embargo, tal y como destaca Zeid, Ra'ad Al Hussein, Alto comisionado de las Naciones Uidas para los Derechos Humanos, "las empresas no solo tendrán que cumplir sus responsabilidades en materia de derechos humanos, sino que deberán ser agentes del cambio".
Si bien durante los últimos años se ha ido avanzando mucho en materia de igualdad y diversidad, todavía son muchos los estudios que demuestran que siguen existiendo colectivos vulnerables más propensos al acoso escolar, a ser tratados injustamente en el trabajo o a los cuales se les impide acceder a servicios básicos. En esta línea, la Oficina de las Naciones Unidas de Derechos Humanos ha redactado cinco Normas de Conducta para fomentar la igualdad en la comunidad empresarial.
Las empresas deben formular políticas para fomentar el respeto, la diversidad y la inclusión, y poner remedo a las repercusiones negativas con el objetivo de asegurar que se respeten los derechos humanos de las personas LGTBI y otros colectivos. Asimismo, es importante establecer mecanismos que permitan tener un control del cumplimiento de las normas de derechos humanos y que informen al respecto.
Las empresas deben asegurarse que durante el proceso de selección no exista discriminación de ningún tipo, bien sea en la contratación, el empleo, las condiciones laborales, las prestaciones, el respeto de la intimidad y el tratamiento del acoso.
Asimismo, las compañías también deben fomentar la creación de un entorno positivo para que los empleados del colectivo LGTBI puedan trabajar con dignidad y sin sentirse estigmatizados.
Si las empresas no deben discriminar a sus empleados, tampoco deben hacerlo con sus proveedores, distribuidores o clientes, ni utilizar su posición para evitar posibles relaciones comerciales.
Por último, la Oficina de las Naciones Unidas de Derechos Humanos alienta a las empresas a poner fin a los abosos contra los derechos humanos en aquellos países en los cuales se reaiza su actividad.
En definitiva, las empresas deben tomar partido convirtiéndose en agentes del cambio si quieren avanzar rápidamente en materia de igualdad, contribuyendo de manera positiva en los cambios sociales.