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TRIBUNA
junio 2022

¿Qué valora la gente con talento?

Roberto González,
Gerente de Adecco Learning & Consulting

 
Roberto GonzálezEn estos días se habla mucho de falta de trabajadores en algunos sectores. En foros, programas de radio y televisión se han hecho eco de esta situación, es más, hace unas semanas podíamos escuchar al presidente de los Estados Unidos responder a una pregunta que le hacían en una rueda de prensa: “asking me well you know guess what employers can't find workers. I said yeah “pay them more” this is an employee's, employee's bargaining chip now what's happening. They're going to have to compete and start playing hard-working people a decent”.
“Pay them more” ¿esto es lo que hace falta para atraer o retener el talento?

Escuchar estas palabras me ha llevado a una reflexión, “pagar más es la llave a la atracción y retención del talento en nuestras organizaciones”. Tantos años hablando del salario emocional, del desarrollo de las personas, de viveros de talento y de averiguar qué motiva a las generaciones de trabajadores, para que al final sea pagar más.


Pero ¿qué valora la gente con talento?

Las personas talentosas buscan lo mismo que cualquier trabajador: Un buen ambiente de trabajo, hacer algo que les guste y les complete, en definitiva, que suponga un reto… Además de todo lo anterior también se valora que la empresa en la que trabajes te tenga en cuenta y poder participar en los procesos de toma de decisiones, flexibilidad recíproca, una remuneración acorde al puesto o a la aportación singular del sujeto, cultura y valores de la empresa y, cómo no, tener un buen jefe. Que fácil, ¿verdad?

Estas son algunas de las cuestiones más habituales que puede buscar un profesional. Y entonces ¿esto es lo mismo que ofrecen las empresas?

Pues no todo, es difícil el encaje completo y las empresas empezamos a innovar para conseguir que las personas con talento apuesten por nosotros, pero parece que los departamentos de RRHH no afinan lo suficiente en ofrecer lo que de verdad quieren las personas para ser felices y productivas, porque la felicidad y la productividad son un binomio perfecto. Cuanto más feliz es una persona trabajadora más productiva es, por eso cuando la felicidad y la productividad se encuentran son imparables, además de contagiosas y llevan a las personas y equipos a sus cotas máximas de desempeño arrastrando así a las organizaciones al éxito.

Evidentemente, es difícil que cada uno de los puntos que he enumerado anteriormente funcionen para todas las personas, pero hay algunos que están claramente en manos de las empresas.

Permitidme que descifre alguno:

Un buen ambiente de trabajo. ¿Quién no quiere estar a gusto donde va a pasar gran parte de su vida? Y las empresas pueden hacer mucho por esto.

Ser tenido en cuenta. A las personas nos gusta ser escuchados y la gente comprometida quiere participar, dado que se sienten parte de la organización, las empresas tenemos que fomentar que la gente comprometida tenga oportunidades de ser escuchada y tenida en cuenta. Y con esta fórmula magistral conseguimos desarrollar el engagement.

La flexibilidad y la calidad de vida van unidas intrínsecamente, a mayor flexibilidad más calidad de vida. Tenemos que conseguir el equilibrio. Hoy he escuchado a Raquel Roca decir: “las personas mayores de 40 años son un 25% más productivas si trabajan tres días a la semana.” – Pues ¿por qué no?, tenemos que trabajar la confianza mutua, y desarrollar entornos de trabajo mesurables, orientarnos a medir los fines y no desgastarnos en los medios y ganaremos en eficiencia y sostenibilidad y seremos más felices. Tenemos que llegar a ser flexibles recíprocamente.

Tener un buen jefe, ¿esto quién no lo ha pensado?, ¿verdad que es importante?, y son las empresas las que tienen que hacer un esfuerzo para tener a los mejores managers. Alguien me dijo una vez: “las personas no se van de las empresas se van de sus jefes”, y me lo creo. Tenemos que huir de los managers mediocres. Las empresas tienen que seleccionar a los mejores y desarrollarles como líderes, como personas de referencia para sus colaboradores, un buen mánager genera engagement en sus equipos, en sus pares y hasta en sus superiores, no hay nada que eleve más el espíritu de una organización que tener buenos managers.

Y, por último, pero no menos importante, la remuneración.

He iniciado este artículo hablando de lo que en su momento comento Joe Biden, y su famosa frase: “pay them more”, evidentemente el salario es una parte importante, pero no es el todo. El talento se desarrolla con la combinación de todo lo comentado anteriormente y seguro que de alguna cosa más. Os dejo este momento para reflexionar y proponer, claro, mentalmente, porque estoy seguro de que alguna cosa me habré dejado en el tintero.

Quizás, a veces, tendemos a simplificar la acción de trabajar al mero hecho de ser pagados por ello. (El talento se paga, pero no solo con dinero. Pensemos qué valora el talento y veremos que hay muchos tipos de salarios).

Es evidente que las empresas buscan el talento y no es menos cierto que, de alguna manera, todos somos personas con talento, en algunos casos ese talento nace de manera natural y en otros muchos hay que desarrollarlo, pero en todos, cada persona tenemos que explotarlo, sacarle partido a eso que sabemos hacer y lo sabemos hacer bien, disfrutamos haciéndolo, nos reta cada día y nos motiva. Y entonces solo tenemos que pedir a las organizaciones que lo potencie, que lo cuide, que lo eleve, que lo facilite y lo alimente, porque el talento llama al talento.
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