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TRIBUNA
mayo 2012

¿En qué se ha equivocado Guardiola?

Jaume Josa ,
presidente de AECOES (Asociación Española de Coaching Escolar)

 
Jaume Josa Es evidente que Pep Guardiola, el entrenador del FC Barcelona de estos últimos cuatro años, ha acertado en muchísimas cosas de las que ha hecho. No voy a ser yo quien olvide los éxitos y los elogios que ha recibido a lo largo de todo este tiempo. Me parecen todos merecidísimos y no es nada difícil encontrar artículos, libros e imágenes que nos los recuerdan de manera absolutamente justa. Vaya por delante que me parecen todos sin excepción merecidos y bien ganados y los he disfrutado todos.
Pero qué es lo que ha hecho mal Guardiola para, en tan solo cuatro temporadas, acabar "vacío y agotado", como ha dicho él mismo en su despedida...

Parece una especie de sacrilegio hablar mal de alguien que concita elogios tan unánimes -y vaya por delante que yo soy uno de sus más fervientes admiradores- pero es evidente que algo no ha hecho tan bien cuando en un periodo de tiempo tan corto ha ocurrido eso. No olvidemos que sus condiciones de trabajo son prácticamente inmejorables, sueldo elevado, prestigio global y unánime, medios ilimitados, reconocimiento y admiración pública, resultados espectaculares,... si a pesar de todo ello se ha vaciado y no ha sabido "rellenarse" algo ha ocurrido, algo ha hecho mal.

Cuando asesoro a cualquier persona que se enfrenta a una tarea que va a requerir un esfuerzo siempre le digo que tan importante como conectarse a ese trabajo es saber desconectarse. Tan importante como concentrase al máximo en el objetivo es liberarse del resultado. Si haces lo que debes y lo más que puedes, no hay ya que preocuparse por el resultado, por el éxito final. Ocurrirá como consecuencia y liberarse de esa diana es lo que hará que la flecha se clave en el centro. La presión añadida sólo será eso, presión y nada más que por alguna parte romperá las juntas del mecanismo o hará saltar la tapa de la caldera.

Elogiamos mucho, hasta la extenuación y la exageración, a aquellos que dedican el cien por cien del tiempo a una tarea, pero esa no es forma de plantearse objetivos a largo plazo. Desconectar es tan importante como conectar y sin una cosa no conseguimos la otra. Guardiola recomendaba a sus jugadores que tuvieran vida más allá del fútbol, pero ¿se lo aplicaba a sí mismo? o al menos ¿lo hacía tanto como él lo necesitaba? Según el resultado final, parece claro que no.

Muchas veces recomiendo a mis alumnos cuando han de preparar varios exámenes o uno de esos muy difíciles que trabajen en bloques de tiempo de como máximo hora y media o dos y que luego desconecten durante media hora. Insisto en lo de la media hora de relax, les obligo a ello y les convenzo de que entiendan que para volver a aprovechar luego otra hora y media o dos, deberán haber descansado su mente durante esos imprescindibles treinta minutos. Cuesta que no discutan con sus padres porque en medio de una época de exámenes están jugando a la Play o van al gimnasio o a dar una vuelta, pero es imprescindible que lo hagan para obtener mejores resultados.

Guardiola no ha sabido encontrar el momento para desconectar de verdad durante "30 minutos". Se conectó pero no supo desconectarse. Hizo cosas extraordinarias, pero sólo las hizo durante cuatro años y ahora necesita parar para llenarse. Lógico y normal. Ojalá aprenda que la pasión y el trabajo incansable no están reñidos con eso tan útil que es desconectar.

Sir Alex Ferguson, entrenador del Manchester United desde hace más de 25 años podría enseñarle cómo se hace.

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