Cómo está siendo y cómo será la vuelta a la oficina post Covid-19
Manuel Rubio,
director general España, Portugal y Latinoamérica de Amelia
Desde que la pandemia de la Covid-19 puso patas arriba la forma de trabajar tal y como la conocíamos, muchas empresas de todo el mundo están reevaluando el papel que juegan sus oficinas. Según los datos del Adecco Group Institute, 2,86 millones de españoles teletrabajan desde su domicilio en estos momentos (un 14,7% del total de los ocupados), 1,2 millones más que hace un año, cuando llegó la pandemia. Esta cifra ha marcado un récord en España y supone un incremento de un 74,2% con respecto a los registros prepandemia. También un número considerable de empresas están planeando pasar a un modelo completo de trabajo en remoto para ahorrar en costes inmobiliarios, mientras que muchas de las gigantescas empresas tecnológicas, como Twitter y Microsoft, han ampliado sus políticas de trabajo desde casa.
Esto no es extraño, ya que el trabajo y nuestra forma de trabajar han cambiado considerablemente en los últimos años y los empleados exigen más flexibilidad -más tiempo con la familia y menos tiempo en los desplazamientos- y esperan cada vez más que su empresa esté a la altura de sus expectativas. Pero, ¿esto es sólo una tendencia instintiva en respuesta a la pandemia? ¿Podríamos pensar que las empresas que piensan en eliminar sus oficinas de forma permanente están siendo cortas de miras?
Un lugar de trabajo en constante transformación
La gran transformación del lugar de trabajo no será el paso de lo físico a lo virtual, aunque sí será la más inmediata. En su lugar, las organizaciones deben empezar a planificar cómo la tecnología -y en concreto, el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA) pueden integrarse en la oficina, para que nuestra vida laboral sea más fluida y sencilla. La oficina con IA incorporada podría ser el cambio más radical en nuestra vida laboral, poniendo fin a muchas de las tareas monótonas a las que nos hemos resignado.
Para 2025, el the World Economic Forum estima que las máquinas realizarán más tareas que los humanos; es decir, en sólo cuatro años seremos superados por los programas tecnológicos. Entonces, ¿cómo podemos empezar a planificar esto? Para ello, debemos analizar la naturaleza del propio trabajo. ¿Qué queremos hacer y qué podemos dejar a la IA?
El cerebro humano es más activo cuando realiza tareas creativas, por lo que necesitamos que las partes creativas de nuestro trabajo dominen nuestro día a día, descargando lo repetitivo a la IA. Sin embargo, cuando se trata de la oficina, las tareas que requieren trabajo en equipo, resolución de problemas y generación de ideas suelen ser las más adecuadas para las interacciones en persona.
La oficina conectada del futuro
Por eso, muchas oficinas están evolucionando o ya lo han hecho hacia espacios más colaborativos, abiertos y dinámicos, en lugar de compartimentar oficinas, equipos y personas. Esto crea un entorno más propicio para el intercambio de ideas. Las oficinas del futuro se parecerán más a cafeterías, lugares para pasar el rato o incluso zonas de juegos tecnológicos, con empresas que animen a los empleados a jugar con robots, programas de IA y dispositivos de IoT. Esto no sólo contribuirá a la capacitación digital de los trabajadores y a inspirar su creatividad, sino que también permitirá a los desarrolladores informáticos de la empresa comprender mejor cómo mejorar aspectos como la experiencia de los empleados o de los clientes.
Preparados para la fuerza laboral híbrida
Por supuesto, no todas las empresas tienen los recursos o la capacidad para volver a la oficina todavía y aún hay mucho temor entre la población en general. Pero para las que ya están dando el salto, además de los protocolos y mecanismos de seguridad sanitaria, las empresas deben empezar a planificar los rápidos desarrollos de la IA que van a crear un cambio considerable en la forma de trabajar. La magnitud de la pandemia nos ha mostrado lo importante que se ha vuelto la tecnología para nuestra vida laboral y nuestras oficinas pre-Covid ya no son adecuadas para este fin.
Aunque deberíamos empezar a animar poco a poco a los empleados a volver a la oficina (de acuerdo con las directrices de cada comunidad autónoma), también debemos asegurarnos de que los estamos preparando para la futura oficina conectada. El cambio no se producirá de la noche a la mañana, pero si las predicciones de los expertos se cumplen, todos trabajaremos junto a un empleado digital en un futuro no muy lejano.