Revista digital
TRIBUNA
octubre 2017

¿Es necesario viajar al extranjero para aprender bien una lengua? El debate que no cesa.

David Warner,
director de Astex Servicios Lingüísticos

 
David WarnerHace unos años los medios de comunicación se hicieron eco de unas declaraciones del ministro de educación en las que sostenía que para realizar un curso de inmersión en inglés no hacía falta irse a Nueva Zelanda, sino que se podía obtener el mismo resultado sin salir de España.
Las declaraciones fueron muy contestadas, y resultaba obvio que estaban políticamente motivadas. El mensaje venía a ser que era mejor para el país gastar los euros duramente ganados en nuestra nación, en empresas radicadas en nuestro propio territorio.

Perfecto. Mensaje captado. Pero al usuario final lo que le importa es aprender, y la pregunta es si se puede aprender inglés con la misma calidad en España que, digamos en el Reino Unido (para no hablar de dar media vuelta al mundo y hacer el curso en Nueva Zelanda)

La respuesta es un SÍ categórico. Al margen de opiniones políticas.

Hay una razón clave para esto. La gran mayoría de cursos en el extranjero NO son cursos de inmersión propiamente dichos. Acaso califiquen como curso intensivo; es decir, aglutinan unas cinco horas de clase diarias, normalmente en horario de mañana y dejan al estudiante la tarde libre para que “practique lo aprendido”. Y en eso consiste la mal llamada inmersión; en que estás en un país de habla inglesa y presumiblemente te verás forzado a utilizar tu inglés al ir de compras, en el hotel, etc.

La realidad es que este concepto nace viciado. Las primeras personas a quienes uno conoce al llegar al curso son otros compañeros de diferentes países que también están aprendiendo. Y es con estos con quienes uno socializa durante el tiempo libre. De modo que lo habitual es que nuestro estudiante español pase buena parte de su curso en Irlanda metido en un pub, con un compañero de curso italiano y quizá otro brasileño, hablando, posiblemente español no, pero definitivamente nada que se parezca al inglés.

La alternativa a esta opción es el curso de inmersión real. Esto significa que, no solo durante las clases, sino durante todo el tiempo fuera del aula, incluyendo comidas y actividades de ocio, los estudiantes están siendo acompañados y monitorizados por sus profesores. Lo habitual es no salir siquiera del centro de formación. Esto sí que garantiza una inmersión en el idioma.

Todavía parece haber bastante confusión a la hora de definir qué es un curso de inmersión. El término de por sí, parece que evoca más una película de submarinos, que un sistema de aprendizaje.

Quizá sea necesario explicar a qué nos referimos quienes estamos en el mundo de la formación en idiomas, cuando hablamos de un curso de inmersión.

Para que un curso califique como curso de inmersión debe cumplir con estos dos requisitos:

  • Alta carga lectiva (al menos siete horas de clase diarias)

  • Ser residencial y mantener una completa exposición al idioma durante al menos 12 horas al día


Siendo así, los siguientes modelos de curso -muy populares en nuestro país- NO califican como curso de inmersión.

  • Un curso intensivo de inglés de 8 horas lectivas al día, en tu academia habitual

    Posiblemente un excelente curso, pero al terminarlo vuelves a tu casa donde seguirás haciendo tu vida en castellano. No es una inmersión lingüística


  • Un curso de Business English de cinco horas de clase por la mañana, en Inglaterra

    Puede parecer una inmersión lingüística pero no lo es, ya que todo el tiempo libre, por lo general toda la tarde, no está siendo monitorizado por los profesores, con lo que al final deja de ser tiempo de aprendizaje y es más de turismo lingüístico. No es una inmersión lingüística.


  • Una convivencia con hablantes nativos en un pueblo remoto de España

    Esta opción se va al otro extremo. Efectivamente es una inmersión, pero no un curso, y para realizar un aprendizaje real hace falta cierta estructura y metodología. No es un curso de inmersión


Dicho lo cual, cada uno de ellos tiene su sitio, y en según qué casos pueden ser una magnífica opción formativa.

Esto no quiere decir que no recomendamos viajar al extranjero como parte del proceso de aprendizaje de una lengua. El viaje al extranjero es un recurso imprescindible para familiarizarse con la cultura del país, y a la hora de comunicarse esto también tiene su importancia. No obstante, desde un punto de vista puramente lingüístico, aprender un idioma sin salir de España no solo es posible, sino que en muchas ocasiones es más eficaz.
entrevistas  |  reportajes  |  almuerzos  |  tribunas  |  noticias  |  proveedores  |  nombramientos  |  estudios  |  agenda  |  libros  |  el equipo  |  enlaces  |  mapa web

© 2007 CUSTOMMEDIA S.L. edita EQUIPOS Y TALENTO  |  Equipo de redacción  |  Contacto  |  Política de privacidad

Av. Diagonal, 463 bis 5ª planta, Barcelona 08036  Tel. 93 4195152  Fax. 93 4101755