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TRIBUNA
noviembre 2016

Liderazgo internacional en la era digital: el reto de trabajar a distancia

Astrid Moix,
Sr. Consultant Intercultural Leadership & Coaching de BBi Communication

 
Astrid MoixEn estos tiempos globalizados que nos está tocando vivir, el desarrollo de proyectos colaborativos a través de lo que se conoce como equipos remotos se ha incrementado extraordinariamente. Es este un modelo de gestión, en el que un grupo de personas trabaja de forma interdependiente, con un propósito compartido, más allá de las fronteras del espacio y de los límites organizacionales. Aunque no sea una forma de trabajar radicalmente nueva, la facilidad en la comunicación que permite la tecnología actual, unida a las oportunidades que ofrece el trabajo en red, ha favorecido su expansión como modelo colaborativo mayoritario, sobre todo en organizaciones internacionales.
Pero esa práctica, que tiene indudables ventajas para las empresas en términos de flexibilidad y ahorro de costes, no está exenta de desafíos. Y el más importante, al menos desde el punto de vista de la gestión de personas, deriva precisamente del contexto virtual de la propia colaboración. Porque trabajar sin conocerse personalmente y sin compartir el vínculo de un mismo espacio físico puede ser un escollo para coordinar tareas y objetivos. Y la dificultad aumenta en el contexto internacional porque a la distancia física hay que añadirle la idiomática y la cultural. Además, hay que tener en cuenta la diversidad generacional en la gestión digital de las personas y proyectos. No cabe duda, que las nuevas generaciones priman como herramienta de comunicación la tecnología, frente al contacto físico y personal de las generaciones anteriores. También supone un reto integrar esta herramienta en sus protocolos de gestión virtual de equipos internacionales.

Hay que ser conscientes de que sociedades y culturas distintas interpretan también de forma distinta cuestiones esenciales para el funcionamiento de una organización, como es el valor del tiempo o los conceptos de autoridad, compromiso o transparencia, por citar solamente algunos ejemplos. Por lo tanto, si tenemos que liderar un proyecto multinacional colaborando con personas de otros países, habría que conocer esas diferencias, entender porqué se producen y darles el enfoque correcto. Nuestra experiencia con clientes nos dice que no incluir estos aspectos en los protocolos previos a la colaboración internacional suele tener después un impacto directo en la dinámica del grupo y en el desarrollo del proyecto, y no precisamente positivo.

Para evitarlo, es importante establecer desde un inicio un clima de confianza. En esa línea, el líder de un proyecto internacional debería poner esfuerzo en humanizar el medio virtual, con el fin de favorecer el conocimiento mutuo de los miembros de su equipo y crear un vínculo que vaya más allá de la ejecución de tareas, que cada uno tenga asignadas. A título de ejemplo, puede ser muy útil introducir alguna actividad de rompehielos virtual al inicio del trabajo y a partir de ahí hay que saber generar espacios de conversación para fortalecer las relaciones y mantener una sintonía emocional.

De forma paralela, conviene dedicar tiempo suficiente a la presentación del proyecto en sí. Cuando las personas trabajan en distintos países, las necesidades de éstos y los recursos disponibles acostumbran a ser diferentes. También las prioridades internas, que pueden entrar en colisión con las del proyecto en común. De ahí que esa fase inicial sea muy importante porque ayudará a clarificar y encajar las distintas posiciones de partida y servirá para sentar las bases de la colaboración futura.

A nivel de competencias, creemos que un Project Manager internacional debería ser una persona con fuerte capacidad para la escucha activa, que sepa mostrar no solo tolerancia sino también aprecio por las diferencias. Alguien que ejerza un liderazgo más enfocado en la influencia que en la autoridad, capaz de actuar como mediador para saber aprovechar el potencial de la diversidad y reconducir conflictos cuando afloran las diferencias. En BBi Communication trabajamos con instrumentos que permiten valorar el nivel de énfasis que somos capaces de poner en el desarrollo de esas cualidades y ayudamos a potenciarlas a través de la formación y el coaching. Porque son aptitudes que, con distinta intensidad, todos poseemos y todos podemos mejorar.
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