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TRIBUNA
enero 2018

Cómo evitar “El Día 2”

Marta Zaragoza,
senior vice president & local partner de BTS

 
Marta ZaragozaEn una de sus últimas cartas a los accionistas Jeff Bezos contestaba a la pregunta de ¿cómo es el Día 2 para Amazon? Según él, el Día 2 es “el éxtasis... seguido de la irrelevancia, del decrecimiento y de la muerte”. Aunque el Día 2 dure décadas, siempre acaba igual. Por eso Amazon continúa desde que se creó en el Día 1.
Esta brillante respuesta me ha llevado a la reflexión del gran riesgo que implica caer en la zona de confort: creer que lo hacemos bien, que somos los mejores, que tenemos buenos resultados, nos lleva a estar más relajados y, en un entorno de cambio tan rápido como en el que nos estamos moviendo hoy en día, nos dejará irremediablemente fuera del mercado. De hecho, las estadísticas demuestran que en los últimos años el periodo medio de vida de una compañía en el S&P 500 ha disminuido un 70% desde 1960.

En esta época de cambio acelerado, y conocida como la 4a revolución industrial, muchas empresas están inmersas en procesos de cambio cultural para impulsar una organización más ágil, cercana al cliente, flexible y emprendedora que permita asegurar su permanencia en el tiempo evitando caer en la zona de confort. La pregunta es: ¿cuáles son las palancas para conseguir un cambio cultural efectivo que mantenga a nuestra compañía siempre en el Día 1?

La respuesta por supuesto no es simple y puede tener diferentes perspectivas en función de la industria y contexto de negocio en el que se encuentra cada empreas. Sin embargo, hay una cualidad trasversal que es un componente necesario para que el cambio cultural se dé realmente: el liderazgo. Aquellos líderes que logran crear una cultura obsesionada con el cliente, que adopta rápidamente las nuevas tendencias y que es ágil en la toma de decisiones consiguen sistemáticamente mejores resultados.

En mi experiencia trabajando con compañías de diferentes industrias estos líderes trabajan en torno a tres dimensiones. Por un lado, una dimensión de negocio: combinan una visión estratégica, es decir, un conocimiento profundo y basado en datos de las palancas que mueven su negocio, con una gran apertura de miras hacia nuevas formas de hacer, lo que les permite tomar decisiones en situaciones de incertidumbre y crear una cultura de mejora continua enfocada en construir el futuro de su compañía.

Por otro, una dimensión personal basada en su autenticidad; tienen un conocimiento profundo de sí mismos y de sus fortalezas; hay consistencia entre lo que dicen y lo hacen, lo que inspira a los demás a seguir mejorando. Despliegan una mentalidad humilde, reconociendo lo que no saben, y tienen una capacidad de escucha profunda, yendo más allá de lo que dicen las palabras.

Y por supuesto, una dimensión relacionada con su equipo: crean el contexto necesario para que cada uno de los miembros de su equipo saque lo mejor de sí mismo, inspiran y comprometen a sus equipos para que cada uno rinda al máximo de su nivel. Esto resulta en un mayor compromiso del equipo porque cada uno entiende que se espera de ellos que maximicen su contribución al negocio, lo que resulta en una cultura en la que cada uno asume su propia responsabilidad en la consecución de resultados.

En definitiva, si queremos “Evitar el Día 2”, tenemos la responsabilidad como líderes de crear una cultura en nuestra compañía que nos impulse a salir del área de confort para conseguir la organización ágil, cercana al cliente, flexible y emprendedora que nos hará exitosos.
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