Diversidad e inclusión como iniciativa estratégica
Marta Zaragoza,
Executive VicePresident y Global Partner de BTS
El asesinato de George Floyd el 25 de Mayo del año pasado y otra serie de sucesos similares, produjeron un punto de inflexión en cuanto a la demanda de la sociedad por un mundo realmente diverso e inclusivo.
Esto ha llevado a muchas empresas e instituciones a asumir la responsabilidad de impulsar una evolución hacia una sociedad más justa y diversa a través de políticas e iniciativas que lleven a que su composición refleje una foto similar a la del país al que pertenecen.
Sin embargo, es necesaria una transformación muy profunda que va a requerir de mucho esfuerzo y de tiempo. Una CEO de una multinacional, por ejemplo, me comentaba el otro día que uno de los principales retos que había tenido que afrontar es si el equipo de líderes sénior era el correcto para liderar un cambio de este tipo (la mayoría hombres blancos y/o de un entorno de privilegio). El foco inicial de la iniciativa que diseñó fue, por tanto, cómo aumentar su empatía, sensibilidad sobre lo que significa sentirse diferente cada día; cómo aumentar su conciencia acerca del hecho de que lo han tenido más fácil que otras personas menos privilegiadas.
Esta transformación está por tanto muy relacionada con cómo reaccionamos a las diferencias, lo que en BTS denominamos: “La Evolución de las 3 As” (por las iniciales en inglés):
- Avoid (Evitar): En un primer estadio, intentamos evitar las diferencias. Nos hacen sentir incómodos; en el proceso de reclutamiento, por ejemplo, esto significaría que contratamos a personas de un perfil similar al nuestro, porque nos resulta mucho más cómodo para trabajar.
- Accept (Aceptar): Somos conscientes de que las diferencias existen y que no deberían impactarnos; por tanto, actuamos como si no existieran.
- Take Advantage (Aprovechar): Las diferencias están ahí, sentimos y mostramos curiosidad por ellas, por comprenderlas; las admiramos y buscamos oportunidades para aprovecharlas.
El objetivo final de nuestras empresas e instituciones es una cultura inclusiva; ¿y qué significa esto? Si diversidad es sobre aquello que te hace único, inclusión es tener en cuenta eso que hace única a cada persona y asegurar que todos pueden tener éxito precisamente gracias a esas cualidades únicas.
Para mí la mejor definición de cultura inclusiva que he oído es la siguiente: imagina que estás en una pista de baile; una cultura inclusiva es aquella en la que cada uno es libre, se mueve y baila siguiendo su propio estilo, como mejor se siente, y todos son felices así. Tal y como lo define Verna Meyers, “Diversidad es ser invitada a la fiesta. Inclusión es que te pidan bailar”. En este camino donde todos nos movemos con nuestro propio estilo y de forma libre, debemos saber que, aunque tenemos mucho terreno ganado, todavía nos queda mucho por recorrer.
Diversos estudios reflejan que una empresa con una cultura inclusiva y diversa tiene dos veces más posibilidades de estar por encima de los objetivos financieros; tres veces más posibilidades de constituir un equipo de alto rendimiento; seis veces más probabilidades de ser innovadora y ágil; y ocho veces más probabilidades de conseguir mejores resultados de los esperados.
En el impulso de la diversidad e inclusión hay por supuesto una dimensión profundamente moral y humana, es lo justo y lo correcto. Pero, además, su impacto en la atracción de talento, en el compromiso del empleado, en la satisfacción del cliente,… constituyen el círculo virtuoso por el cual la Diversidad y la inclusión ya no son una opción; la diversidad y la inclusión conforman importantes ventajas competitivas para las empresas en este mundo global.