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TRIBUNA
marzo 2021

Evidencias que demuestran que el coaching es la mejor profesión del siglo XXI

Enrique Jurado,
CEO de Darte Human and Business School

 
Enrique JuradoAl igual que los avances tecnológicos de las últimas décadas han hecho necesario el impulso de profesiones especializadas que puedan dar respuesta a toda la demanda que hay en este sector, los cambios y retos sociales de los últimos años, con una pandemia de por medio incluida, han hecho evidente la necesidad de coaches que ayuden a personas y empresas a poder adaptarse a las nuevas realidades.
Se convierte así el coaching en una de las mejores profesiones que se pueden ejercer en este siglo XXI. Y no es algo que nosotros como formadores en este terreno digamos a la ligera, sino que existen cada vez más evidencias que demuestran que esto es verdad.


Evidencias científicas

Una falacia que los que nos dedicamos al mundo del desarrollo personal estamos hartos de oír es que el coaching es una moda pasajera. La realidad es distinta: esta disciplina lleva evolucionando más de 25 años, aumenta por momentos el número de universidades y centros que ofrecen formaciones regladas y, por tanto, no se ve ese final que muchos vaticinan.


Precisamente la causa de que no se le de la importancia que se debe al coaching es que muchos desconocen que las transformaciones que se dan aplicando su metodología son medibles y cuantificables como en un experimento científico. El cliente parte de un punto A y quiere llegar a un punto B y eso es una realidad tangible que se acaba constatando cuando se completa el proceso.


Cada vez se hacen más estudios científicos para demostrar cómo el coaching mejora la capacidad de las personas exponencialmente, muchos de los cuales se pueden consultar en el Instituto de Coaching que depende del Harvard Medical School. Es decir, grandes centros de conocimiento avalan los logros en este campo.


Evidencias económicas

Para los más prácticos existen multitud de evidencias económicas que muestran la rentabilidad de esta profesión. ¿El más potente? Los últimos datos arrojados muestran que en el mercado del coaching se han generado casi 3000 millones de dólares.


Y estamos hablando, además, de una profesión que cada vez está mejor pagada, especialmente en el plano empresarial. En este ámbito la tarifa de un coach suele ser de 200-300 € la hora.


Estas cifras no se pagan porque algo esté de moda. Se paga porque en las empresas (y también cada vez más en el plano personal) el coaching está muy bien considerado por el valor que aporta: uno de los ROIs (retorno de la inversión) más rápidos y sencillos. El trabajo de un coach empresarial en base a habilidades o motivación, por ejemplo, puede hacer que en una empresa mejore la relación entre los trabajadores y con los clientes y eso se traduce en un mejor rendimiento y en un mayor número de contrataciones o ventas.


Evidencias laborales

Actualmente podemos cuantificar a grandes rasgos que existen en torno a 100.000 coaches para una población de cerca de 8.000 millones de personas. Teniendo en cuenta que el coaching es aplicable a todo tipo de personas, podríamos decir que tocaría cada coach a unos 80.000 clientes.


Con este cálculo rápido lo que queremos demostrar es que el coaching es una profesión sin desempleo porque no hay apenas competencia. Pero también lo es porque como es aplicable a tantos nichos de la vida (ejecutivo, salud, nutrición, relaciones de pareja, etc. ), la oferta es infinita.


Conviene destacar aquí, además, que las generaciones de Baby Boomers y X (de más de 40 años) que suelen ser las que más dificultades encuentran a la hora de reincorporarse al mercado laboral, descubren en la formación en coaching una nueva oportunidad. Además, suelen ser los mejores coaches porque su bagaje de vida les aporta un plus de sabiduría a aplicar en sus sesiones.


Por último, no podemos dejar de mencionar la libertad y flexibilidad laboral que trabajar como coach conlleva. Con las facilidades que la tecnología aporta se pueden ofrecer los servicios desde cualquier parte del mundo a cualquier persona en cualquier rincón del planeta y, además, dedicando el tiempo deseado.


Evidencias motivadoras

Por último, nos gustaría destacar las evidencias que realmente nos parecen más importantes para dedicarse profesionalmente al coaching: las que hacen que los que trabajamos como coaches digamos sin reparos que es la mejor profesión del mundo.


Y esto es así porque cuanto más te profesionalizas en el mundo del coaching, más feliz eres. Trabajar de coach es un proceso de aprendizaje continuo en el que mientras ayudas a otros a alcanzar lo que desean, a transformarse, estás desarrollando también tu potencial, lo que te convierte en una persona más plena en todos los sentidos.


Pero también es la profesión más brillante porque es perfecta para las demandas del siglo XXI: el coaching es una disciplina abierta, inclusiva y diversa. Se trabaja con todo tipo de personas independientemente de su raza, sexo o condición. No hay fronteras ni barreras.


En definitiva, el coaching es una profesión que ayuda a transformar el mundo para mejor de forma visible: si como coaches conseguimos cambiar a 200 clientes, el entorno de esos 200 se verá afectado también creándose de esta forma unas sinergias positivas de incalculable valor.


Esperamos que con estas evidencias por fin te hayas convencido, como nosotros, de que el coaching es la profesión más bonita del mundo.

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